Un problema mayor que la falta de gol

El Real Valladolid está teniendo un problema recurrente que ya padeció la temporada pasada, como es la falta de gol. Sin embargo, la problemática va más allá de ver puerta o no. Si en algunos momentos Sergio dijo que no le preocupaba en exceso debido a que se generaban ocasiones de peligro, ahora sus jugadores no lo están haciendo; por tercer partido seguido, en Balaídos el equipo fue inofensivo más allá de alguna ocasión tímida y aislada en el primer tiempo. Le está costando ser capaz no sólo de conectar con los dos delanteros, como él dice, sino también el proyectar a sus extremos en situaciones ventajosas en campo rival.

Sería oportunista, atrevido y erróneo criticar a estas alturas el estilo de un entrenador que encadenó dos milagros consecutivos y que tiene al equipo en posición de conseguir un tercero: Sergio ha llevado al Pucela a su situación actual con un modelo de juego efectivo y, por momentos, atractivo, pues su fútbol es estimulante cuando las piezas están en un punto de forma más alto que el actual. En este inicio de curso, incluso en los mejores momentos, se ha percibido la carencia de alguna variante que permita una mejor relación con los atacantes o que pueda incluso decidir por sí mismo un partido. El tan defendido y destacado bloque tiene mucho mérito, pero un poquito más de talento en tres cuartos no sobraría. Enero está ahí. Ronaldo, toma nota.