Con el espíritu de Nadal y Bautista

El PSG es como el Príncipe Encantador de Shrek. Se da muchas ínfulas y ondea su melena al viento hasta parecer un caballero invencible. Pero luego llega Shrek, con su corpachón deforme y sus orejas alienígenas, para bajarle los humos, echarle del trono del reino de Muy muy lejano y ponerle en su sitio. Si fuera por nombres, el PSG podría hoy hasta golear en el santuario del Bernabéu. Mbappé, Neymar, Di María, Cavani, Icardi... Una delantera galáctica, deslumbrante.

Pero en el fútbol esto no funciona por nombres, sino por química, complicidad emocional, temperamento y carácter. Por eso Rafa Nadal puede ganar ocho partidos en una semana y Roberto Bautista sobreponerse a la terrible pérdida de su padre. Genética ganadora, orgullo a espuertas, concepto del honor como principal valor existencial. El Madrid ya tumbó al encopetado equipo parisino hace sólo 21 meses (3-1). Rabiot puso el 0-1 y el tembleque en las gradas, pero un doblete de Cristiano y un gol de Marcelo restablecieron el orden. Los de Emery jugaron arriba con Mbappé, Cavani y Neymar. No metieron ni uno. No se comieron a nadie. Mucho glamour y mucha pincelada, pero en el fútbol de élite a veces hay que tirar de la brocha gorda para aplastar a tu enemigo. Neymar querrá jugar para encandilar a Messi y a los culés en su afán por regresar al Camp Nou. Pero el Madrid tiene ahora un señor EQUIPO. Y tiene el Bernabéu, que en noches así es la caña...