La herida del Leverkusen abre paso al Atleti
Sólo han pasado dos semanas del enfrentamiento en el Wanda Metropolitano, pero Bayer Leverkusen y Atlético no son los mismos. El descenso competitivo de los alemanes, menos pujantes cada partido y acechados por errores defensivos flagrantes, les deja casi sin opciones en el grupo y les fuerza a centrar su mirada en lograr una reacción en la Bundesliga. Contra su fragilidad aparece un Atleti mejorado, que no perfecto. Aunque sea a ratos, empeñado en tirar las primeras partes, ha aliviado sus carencias en la generación ofensiva con el asentamiento de Correa y la finalización de Morata. Es un partido para regularizar este crecimiento ante un rival agrietado.
Peter Bosz maneja dos alternativas preferentes como dibujos. En Madrid actuó con un 1-4-2-3-1, pero esta noche se puede decantar por un 1-3-4-2-1 para agitar el avispero. Por encima del sistema, el Leverkusen sufre problemas estructurales en la basculación, desdoblamientos y vigilancias defensivas. Como todo bloque intenta desplazarse de lado a lado, pero se descubre entre líneas y se desentiende del control del perfil débil. El gol de Morata derivó de una conducción de Lemar y apertura posterior a un Lodi que no tenía a ningún jugador del Leverkusen a diez metros a la redonda. Asimismo, no es un equipo seguro en las coberturas y marcas, separados entre sí la defensa y la medular. Correa debe operar en los espacios entre la banda y el carril central para aumentar sus intervenciones y contribuir a la posesión dinámica del Atleti. Aunque la presencia de Aránguiz ha de poner mayor orden, el Leverkusen tiende a no saber cómo fijar a rivales con capacidad para ocupar diferentes lugares del campo. Sobrevive en precario como puede. Por los costados también se agujerea debido al trazo ofensivo de sus volantes y la mala condición de sus defensas. La previsible línea de tres puede desajustarle más con nadie fijo en la izquierda —Volland es delantero— y con Weiser entregado a los asuntos ofensivos. Con la alineación de Tah, Bender y Retsos el Leverkusen se cuidará de las transiciones del Atleti cuando libre su presión alta. El juego directo sobre Morata y Costa será un arreglo si se ve ahogado.
Al Leverkusen se le supone un equipo diferente en ataque. La noche del Wanda dispuso de acercamientos peligrosos, mal resueltos en los últimos toques. Los desmarques de Volland entre central y lateral, el dominio del área de Alario y la impronta talentosa de Havertz requerirá la máxima alerta al Atleti. Suma muchos futbolistas cerca de la portería rival para aprovechar la segunda jugada y sale a la carrera tras robo con bastante intención. El Atleti tiene que esmerarse en la primera presión siempre que pueda y en el repliegue cuando le toque volver, sobre todo por los márgenes. Las formas del Leverkusen son las correctas, pero se pierde en el fondo por sus negligencias individuales y colectivas.
El envío lateral y el remate
Los centros a Diego Costa y Morata fueron el camino más accesible para el Atleti en el encuentro de ida. El Leverkusen acostumbra a estar mal parado en este tipo de situaciones y se abren huecos notables entre los defensores. Una oportunidad ideal.