Sí, pero... Quizá esa expresión sea una de las peores cosas que te pueden decir en la vida, es como reconocer que tienes la calidad necesaria para hacer ciertas cosas, pero que por circunstancias, destino o elecciones propias no lo has logrado. Y eso era lo que más se decía en las tertulias de las cenas por el mundo entre los escasos reporteros que quedan en el universo de la Fórmula 1. Allí podías hablar con finlandeses, ingleses, alemanes, brasileños o argentinos que habían visto correr o habían sido amigos directamente de Hakkinen y Raikkonen, Senna y Massa, Lauda y Hamilton, Schumacher y Vettel, Fangio... incluso. Había un tema recurrente, el mejor de la historia, el mejor del momento. Y casualmente, entre tanta leyenda salía un español: Alonso. Al asturiano se le considera uno de los más grandes de siempre, pese a tener solo dos títulos mundiales, pónganle mil comillas a la palabra solo. Pero...

Vayamos a la eterna comparativa: Alonso-Hamilton. Ambos pilotos fueron compañeros en 2007 y desde entonces la diferencia en resultados es abrumadora a favor del inglés que ha ganado seis títulos mundiales y es ahora el gran dominador de la especialidad mientras el asturiano salta dunas con vistas a su próximo desafío, el Dakar. ¿Es mejor piloto Hamilton que Alonso? No lo creo. Ahí va mi explicación. Alonso siempre que ha tenido el mejor coche o uno de los dos mejores ha ganado el título, es algo que no ha pasado con el británico. ¿Imaginan que Rosberg le gana un Mundial a Alonso con el mismo monoplaza? No lo creo. Hamilton logró su primer título en la penúltima curva del último Gran Premio a... Felipe Massa, uno en McLaren y el otro en Ferrari, coches similares ese año. ¿Recuerdan lo que pasó cuando Alonso y Massa compartieron equipo? Lo destrozó. ¿Lo hubiera hecho Hamilton? No lo creo. Los números son infinitamente mejores los de Hamilton, no hay duda, pero ahí va un dato para pensar. Alonso es el piloto de siempre que más veces ha ganado a su compañero de equipo, 194, por delante de Schumacher y Senna, por las 81 de Lewis, en porcentaje solo el mito paulista supera al astur: 73,7% por 71,4 con un 61,5% para el hexacampeón. Para los que jamás han pisado un circuito es más fácil quedarse con los números a primera vista. Y quizá tengan razón. Sí, pero...