España contra la reina África

España nunca ganó el Mundial Sub-17. Extraño. Entre todos los futbolistas que han jugado en esta categoría de la Selección no han sido capaces de alzar el título. Sí lo hicieron luego de mayores, incluso con la Absoluta. Pero ha habido históricamente un hueso que se les ha resistido a esta edad: África. Dos finales se perdieron ante Ghana y Nigeria. Otras tantas semifinales también. Los potentes países africanos les arrollaron, literalmente. Por eso la victoria ante Camerún, además de confirmar la primera plaza del grupo, es un gran estímulo. Los africanos se cruzarán más veces con La Rojita, empezando por Senegal en octavos.

Siempre hubo la sospecha de que los equipos africanos estaban por encima de la edad en los Mundiales Sub-17. La FIFA se puso estricta hace unos años y aplica desde entonces un control que determina exactamente la edad mediante una resonancia magnética en la muñeca. En realidad el dominio africano es más fisiológico que cronológico. Sus jugadores desarrollan antes, es simple. Quizá por eso, y por la lógica migración mundial, cada vez haya más jugadores con sangre africana entre el resto de selecciones. España tiene al suyo en Ilaix Moriba. Italia está destacando con Gnonto y Udogie. Por suerte el fútbol no sólo es físico, sino talento. Y en eso La Rojita va sobrada...