Alcanadre: el 'Pueblo del Belén' con sabor riojano
Alcanadre es un pequeño pueblo riojano de sólo 663 habitantes (situado a 32 kilómetros de Logroño), que linda con Lodosa. Pese a estar casi pegados, este pertenece ya a Navarra. El nombre de Alcanadre es de origen árabe y deriva del término Al-quamatira, que significa "puentes". El elemento arquitectónico más importante del lugar es un acueducto romano construido sobre el río Ebro en el siglo II, que servía para la canalización de aguas para fines agrícolas y para cruzar el río a pie. En la actualidad se conservan 13 arcos, cantidad que permite a los madridistas del pueblo sacar pecho por su coincidencia con el número de Copas de Europa que tiene en sus vitrinas el equipo de sus amores.
Si viene usted de visita por aquí visite también la ermita de Aradón, que da nombre a la patrona del pueblo. Adquiere gran relevancia por ser la primera encomienda creada por los Templarios en Castilla. Es un lugar de peregrinación de los fieles en las romerías, que se organizan en los primeros sábados de mayo y septiembre.
Pero la fama de Alcanadre en la comarca viene por su increíble Belén viviente, que ha logrado que se le apode como el Pueblo del Belén. Todo empezó hace medio siglo en las cuevas de las laderas del monte Viso. Es tan realista que supone un viaje en el tiempo. El cuartel general de los romanos, la carpintería de José, el pueblo de Belén con su pozo, casas y río, así como el portal... En 2013 hubo unas lluvias torrenciales que hundieron las cuevas, pero las rehabilitaron y han recuperado todo su esplendor.
La peña madridista se fundó el 13 de diciembre de 2008 y, a pesar de la pequeña población de Alcanadre, fue un éxito de convocatoria. Reunieron los 50 carnés de socios imprescindibles para fundarla y ahora son ya 93 peñistas registrados (4 infantiles), casi la sexta parte del censo del pueblo.
Llama la atención que no cobran cuota a los socios, pero aún así logran autofinanciarse organizando actividades para apoyar a asociaciones como AMPA, Hogar del Jubilado o la Escuela de Danza. En 2014 donaron 600 euros para ayudar a la reconstrucción de las cuevas. Eso les hizo ganarse el afecto del pueblo, donde los merengues son mayoría absoluta. "A ver si el equipo levanta cabeza", dice esperanzado Luis Carlos Barco, presidente de esta gran peña. Puro espíritu riojano.