La certeza de Kroos, Hazard y Benzema

El Madrid rebajó el estado de excepción europeo que le apura al solventar la visita al Galatasaray con menos brillo en el resultado del que debería haberse producido. El déficit de concreción en la definición pudo salirle caro a un equipo más unido y aplicado, aunque corto de criterio en las jugadas posicionales. Ante un Galatasaray nada pintón, estrafalario incluso atrás jugando con cinco defensas de inicio y con cuatro tras el descanso, se destapó en las transiciones con recuperaciones e interceptaciones en zonas punteras —29 en campo turco— y bajo el hilo conductor de Kroos, Hazard y Benzema. Entre los tres se empieza a apreciar un entendimiento que da al Madrid un salto cualitativo en la confección de los ataques. El alemán encauzó el fútbol blanco a través del belga y el galo, entregándoles hasta 12 pases a cada uno. Al buen momento de Kroos, tan echado en falta por los de Zidane en Mallorca, se sumó un Hazard más fino y ordenado en la ocupación de espacios con Benzema.  

El dinamismo en los apoyos y en las rupturas de Hazard y Benzema resultó indetectable para una línea defensiva del Galatasaray que nunca descifró cómo sostener sus vigilancias sobre ambos. No se juntaron tanto como en partidos previos y se dieron la holgura necesaria para no estorbarse. Su sociedad con el balón también ganó en fluidez (23 pases intercambiados entre los dos). Las buenas sensaciones se trasladaron a otros dos futbolistas cuyo peso cada día es mayor. Rodrygo y Valverde se añadieron a la película ofensiva madridista fijando rivales con sus conducciones o movimientos verticales. El Madrid de las dudas se encontró en Estambul con alguna certeza sobre la que ha de pivotar su presente más cercano. Y su supuesto brete clasificatorio ya no le angustia tanto.

La escena

Benzema baja a recibir de Kroos y Hazard se aprovecha del vacío delantero para desmarcarse entre los centrales del Galatasaray. La sincronía en los movimientos fue la adecuada.