Los 11 cabrones de Bill Shankly
Últimamente salgo del Bernabéu pensando en ajusticiar en el AS a todo el equipo titular. Escribiré que Courtois podrá atarse los cordones sin agacharse gracias a sus gadgetobrazos pero no para un balón de Nivea. Que a Zidane le gustará mucho Valverde pero es una mezcla entre Khedira y Emerson. Pasan los días y pienso en limitarme a criticar solo la desesperante incapacidad de Varane para dar un buen pase arriesgado, que Kroos está bastante en forma, que Nacho no tiene la culpa de jugar de lateral... Y el día antes de la entrega ya pienso en que Hazard habrá comido quinoa esta semana, explotará y hará mejor al resto. ¿Les suena la línea argumental? Sí, los 11 cabrones de John Toshack. Pues en su entrevista en la revista Líbero explica que esa frase se la tomó a Bill Shankly, el mítico entrenador con el que ganó la Copa de Europa con el Liverpool. Después de escuchar por boca de Toshack un ramillete de anécdotas del gran técnico escocés tengo claro que Shankly me representa. Harto de los modernos de su época -equivalentes a los que ahora se meten el melocotón en la boca para usar conceptos cursis como enganche, 10 puro, pelotero o el vomitivo falso 9- Mr. Shankly zanjó el debate: "Las cosas importantes del fútbol eran importantes hace 50 años y serán importantes dentro de 50 años. Hay un balón y es redondo. Eso no cambia".
El pasado sábado se cumplieron 37 años de la muerte de Shankly. Algo ha cambiado en el fútbol desde entonces pero no tanto en los valores de la vida. "El socialismo en el que creo es aquel en el que todos trabajan el uno para el otro y todos tienen una parte de la recompensa. Es la forma en la que veo el fútbol, la forma en la que veo la vida", decía Bill. El día después de que el socialista Pedro Sánchez nos pidiera a los que votamos por un gobierno progresista que votáramos de nuevo, pero esta vez a él, estaba muy enfadado. Han pasado semanas y ahora sólo estoy indignado. Digo más, dudo mucho de que el 10 de noviembre vuelva a poner a los 11 cabrones que no trabajaron el uno para el otro.