El Madrid se ha convertido en un muro
Ante el PSG, el equipo mostró una gran fragilidad defensiva que desde entonces se ha convertido en solidez. El compromiso grupal ha sido clave para ello.
Reacción. Después de lo sucedido en París, donde el Real Madrid cayó 3-0 contra el PSG, Zidane ha logrado darle un vuelco total a la situación, con un equipo mostrando una cara muy sólida y un enorme compromiso de todos los futbolistas, en el que nadie elude sus obligaciones en este sentido.
Fede Valverde. La elección del joven centrocampista en detrimento de James, que venía realizando buenos partidos, tiene explicación pensando en proteger los costados de Casemiro. El Atlético en fase ofensiva mete a los exteriores o jugadores de banda ocupando pasillos interiores, incluso convirtiendo esa línea de cuatro en un rombo, y ahí el brasileño podría haber sufrido teniendo en cuenta que tampoco podía abandonar demasiado su posición centrada en pos de no dejar a los centrales en igualdad numérica ante Costa y João Félix. Esa ayuda de Kroos y el propio Valverde terminó siendo eficaz para dificultar el juego interior rival.
Transición defensa-ataque. Quizá el aspecto del juego que le faltó dominar mejor al Madrid para terminar de generar las suficientes situaciones de gol para lograr la victoria. Esa solidez defensiva se tradujo en numerosas recuperaciones con cierta ventaja que no se terminaron de gestionar bien. A la segunda línea le costaba arrancar en la transición y a la delantera, tener la iniciativa de buscar la profundidad con rapidez. Se gestaron muy lentos esos ataques y el Atleti replegaba con cierta comodidad exceptuando acciones muy puntuales de Bale o Hazard.
Hazard. El belga y Nacho no terminaron de ocupar bien los espacios en la banda izquierda. En los campos de la derecha se observa la posición que ocuparon (imagen de arriba) y la que deberían haber ocupado (abajo). Pasaron demasiado tiempo los dos pegados a la cal cuando Kroos venía con ventaja a atacar el centro del campo rojiblanco y eran defendidos con cierta comodidad a nivel posicional. Nacho tendría que haber cogido altura en el juego, incluso amenazar con romper al espacio, mientras Hazard tendría que haber ocupado el intervalo central-lateral. Trippier no hubiera podido saltar sobre el belga, ya que se lo hubiera impedido esa amenaza de Nacho a su espalda y seguramente Hazard hubiera podido recibir alguna pelota en posiciones muy ventajosas para desplegar su talento.