El impulso conservador de Simeone y Zidane

El derbi dejó una evidencia. Las certezas no acompañan ni a Atlético ni a Real Madrid, inseguros como nunca y miedosos ante una posible derrota. El conformismo de ambos mediatizó un partido jugado con intensidad, pero sin riesgo. El recorrido ofensivo resultó muy pobre, sujeto a acciones aisladas o a la decisión individual como la de Thomas -71 pases buenos- en el Atlético. Con las líneas juntas, menos fieros en la presión, Atlético y Real Madrid se neutralizaron en una noche de respeto mutuo. 

El mensaje de la alineación de Simeone no se correspondió con lo vivido. La titularidad de Vitolo apuntalaba el ataque y daba continuidad a la buena primera parte de Mallorca, pero al Atleti siempre le faltó sustancia. Empezó Saúl al lado de Thomas de inicio con Koke partiendo de la banda, un emplazamiento que siempre resta a la propuesta con balón del conjunto rojiblanco. La permuta de posiciones de los centrocampistas resultó después una constante como en todo el curso, pero nada acabó de funcionar. Sólo Thomas se convirtió en el factor diferencial. Con sus pases interiores y cambios de orientación a Trippier -11 entregas en total- pudo el Atleti traspasar las líneas del Madrid en alguna ocasión.

Thomas recibe con espacio y conecta con João Félix

Zidane sí sorprendió con la presencia de Valverde, síntoma de lo que buscaba. El balón fue del Madrid -cuota de posesión final del 56%-, pero su circulación nunca giró la defensa replegada del Atleti. Benzema cargó en demasía sobre el costado izquierdo, acercándose a Hazard, y Bale no rompió por los pasillos interiores. El Madrid no hilvanó fútbol por dentro y sus escarceos se redujeron a las intervenciones de Nacho como lateral zurdo actuando a pierna cambiada. El 45% de los ataques se produjeron por la izquierda. Otro reflejo de la restringida producción del Madrid. Zidane, como Simeone, quería evitar cualquier pérdida en zona delicada y la secuencia ofensiva siempre pensó más en el peligro de la posible réplica rojiblanca que en generar el desequilibrio. El mismo conservadurismo tuvo el Atlético en un derbi que subraya una verdad. Ninguno está como querría o debería.