Sin goles. El Atlético no puede con el Real Madrid en el Wanda Metropolitano. Decía Koke en la entrevista en AS que ya era hora de ganar al eterno rival en el nuevo estadio roijblanco. En tres ocasiones se han enfrentado en el feudo atlético y en las tres los de Simeone no pudieron ganar. Tampoco en esta ocasión. En el fondo hubo demasiado respeto. Respeto mutuo y miedo. Mucho miedo a no perder. Miedo a un error, a dejar un espacio que pudiera condenar al equipo. Y así es complicado ganar. El Atlético tuvo pocas oportunidades y el Madrid un par de ellas y Oblak las desbarató. Lo positivo es que el equipo rojiblanco no encajó gol, tampoco lo hizo ante el Mallorca y en el anterior encuentro frente al Celta. Es el tercer partido consecutivo con la portería a cero. A falta de mejor juego, bueno es no encajar. Pero es cierto que en la recta final sí se acusó algo más de atrevimiento, de querer ganar el encuentro. Pero en el vestuario del Cholo la idea es que si no puedes ganar, por lo menos no pierdas el partido. Y en eso estuvieron los rojiblancos.
Espíritu indomable. Hubo tifo en el inicio del encuentro, como cada vez que hay un partido importante en el estadio rojiblanco. Espíritu indomable. Eso se leyó en el fondo sur del Wanda Metropolitano y responde perfectamente al sentimiento rojiblanco. El Atlético nunca se ha dado por vencido y en las últimas temporadas da guerra a los más grandes. Ese espíritu indomable se transmite de padres a hijos y se seguirá haciendo. El estadio registró su récord de asistencia, con 68.032 espectadores en las gradas. El Wanda Metropolitano sufrió una serie de reformas este verano y ganó 500 localidades más, de ahí este récord conseguido frente al Real Madrid.
Thomas. Saúl no atraviesa por un buen momento (aunque hay que reconocerle su entrega y que juega donde le pone su entrenador sin rechistar) y Koke tampoco está en su mejor versión. El Atlético no termina de carburar pero Thomas se ha erigido en el guía del centro del campo rojiblanco. El ghanés es el que está tirando de ese carro y está llamado a convertirse en un futbolista determinante en esta temporada. En el primer tiempo dio un recital de cómo tiene que jugar un centrocampista. Ante el Real Madrid disputó su partido 100 con el Atlético en el campeonato liguero. Ha sido 63 partidos titular, ha marcado diez goles y dado cinco asistencias. Poco a poco, temporada tras termporada, se ha convertido en una pieza casi básica del equipo.
Trippier. El inglés sigue seduciendo a la afición del Atlético, puesto que además de su entrega y su lucha, es un lateral de largo recorrido, de esos que juegan casi de extremo. Trippier lo intentó una y otra vez por su banda y le dará muchas alegrías a la afición rojiblanca. Es muy difícil encontrar jugadores así, de esas características. João Félix fue cambiado una vez más y el Cholo parece decidido a que el portugués tenga su particular mili. No fue decisivo el delantero pero tampoco estuvo mal. En el primer tiempo lo intentó dos veces y a punto estuvo de conseguir su gol. Paciencia. João Félix tiene calidad, mucho talento y tarde o temprano aparecerá mucho más en los partidos.
El campeonato. El punto propicia que el Atlético siga en la pelea. El Madrid no se escapa, aunque los de Simeone no terminan de carburar. El torneo liguero es largo y está claro que el punto hace que todos permanezcan en la lucha. Ahora toca pensar ya en el casi decisivo partido de Champions en Moscú. Ganar al Lokomotiv sí parece decisivo. Ahí sí tiene que mostrar el Atlético esas ganas de morder que le faltó en el derbi.