Ferrari, Vettel, Leclerc y Forrest Gump

La sonrisa del ceño fruncido. Saben que hay gente así, esos a los que le toca la lotería y aún dicen…’sí, claro, pero…’. Es cuando la alegría no es capaz de ser plena, siempre tienen que buscar algo que les pinta el alma de gris y les amarga la existencia. Ferrari es algo parecido, nunca están contentos del todo. En Singapur volvieron a hacer doblete, han ganado las tres ultimas carreras y tienen un coche con el que algún campeón de leyenda habría soñado y ganado mientras se tomaba una sidra, pero no están felices del todo. Claro. Ganó Vettel, pero Leclerc iba primero y su compañero le pasó en boxes. Para lograrlo no solo hay que tener la estrategia correcta hay que ir muy rápido en el momento preciso. Y eso hizo Sebastian, un tipo que ha ganado cinco veces, ha hecho cuatro poles y ocho podios en este circuito urbano, en la carrera más especial del campeonato, bailando en la noche.

La victoria era de Leclerc dicen algunos. Quizá. Pero las carreras, no por más repetirlo deja de ser menos cierto, duran hasta que cae la bandera de cuadros. Y Vettel tenía derecho a intentar ganar, ninguno de los dos se juega el título que lleva el nombre de Hamilton y sus peinados locos. ¿Le hicieron una faena a Charles en Ferrari? ¿Querían que ganara Vettel? No lo creo. ¿Qué hubieran ganado? ¿Tener contento a un piloto que ya es pasado cuando han apostado por el talento monegasco para el futuro? Leo en El País un artículo con frases de Forrest Gump, más allá de los bombones. “Mi madre decía que tienes que dejar atrás el pasado antes de seguir adelante”, susurra a sus seguidores un barbudo Tom Hanks antes de dejar de correr y volverse a casa. Quizá sea el momento de parar en Ferrari y pensar en lo que están haciendo, como Forrest. Para ser felices del todo, al menos cuando ganan.