The Best para Messi, Champions para Van Dijk

El argumento de que Van Dijk merecía el premio a mejor jugador de 2019 es para muchos irrefutable: a nivel global la pasada temporada fue el mejor, el más completo. Simple. Sencillo. Indiscutible. Pero al mismo tiempo improcedente, irrazonable. Van Dijk es un central colosal, un candado de la defensa del campeón de Europa y subcampeón de la Premier. Su carrera es meritoria. De niño fue rechazado por sus técnicos por su baja estatura, superó una operación estomacal grave y no le resultó sencillo llegar a la élite. Hasta los 27 años no disputó la Champions con aspiraciones reales de ganarla. Se ha ganado el aplauso. Pero de esas historias –y de esos defensas centrales- estuvo siempre lleno el fútbol. 

De lo que no va sobrado este deporte es de jugadores emblemáticos como Messi. O como Cristiano. O como el último en llegar, Mbappé. Sin ellos, la esencia de los premios individuales se ha ido perdiendo últimamente por completo. Ya pasó con Modric el año pasado, un jugador de equipo. ¿Por qué no Xavi antes? O con Sammer o Cannavaro en su día. ¿Por qué no Ramos? La realidad nos dice que dentro de unas décadas habrá que hacer memoria para recordar a Van Dijk y sin embargo seguiremos considerando a Messi uno de los más grandes de la historia. Si son los títulos lo que cuentan, hasta Alisson o Firmino -campeones de América además de la Champions- lo merecían más que Van Dijk. Si es por puras cualidades, Messi parece una decisión correcta. Por algo The Best se llama The Best.