Matricula de honor y el anedótico liderato

Será anecdótico. Durará menos de 24 horas. Pero este recién ascendido Granada dormirá como líder de Primera. Y con él los 18.880 espectadores que ayer fueron el jugador número doce en Los Cármenes. La ciudad se ha volcado en el regreso del conjunto rojiblanco a Primera. El espectacular recibimiento dio alas a los nazaríes y la alegría se multiplicó cuando Azeez, nada más empezar el partido, hizo el 1-0. No era un partido cualquiera, enfrente estaba el todopoderoso Barcelona, un equipo que está en otro universo como bien dijo Diego Martínez.

El técnico gallego tiene gran parte de culpa de lo que está viviendo Granada. Ha vuelto a armar un equipo sin fisuras. Su trabajo, y el buenhacer de los jugadores sobre el campo, se ve en los números: el Barça no tiró entre los tres palos hasta el 82'. Martínez necesitaba un partido de matrícula de honor para ganar. Y sus jugadores lo hicieron. Prácticamente sin errores, solidarios y metiéndole más intensidad, trabajo y, sobre todo, más ilusión que un Barça obligado a empezar a dar la talla lejos de su estadio.

Los Cármenes respondió como siempre. Y el equipo brindó un espectacular derroche de energía. Era la única manera de ganar a los azulgrana. Y es la confirmación de que un equipo puede ganar a cualquier colección de estrellas si estas están, al menos, al mismo nivel de implicación. La fórmula Martínez funcionó el año pasado. Y funciona este. Con la humildad por bandera y el trabajo como única opción, Martínez ha hecho soñar a toda una ciudad. Y el premio ha sido doble: histórica victoria y liderato, aunque sea anecdótico.