Se gesta un SuperBarça

El Barça atropelló al Atlético de Madrid en esta nueva joya que es el Estadi Johan Cruyff. Lo mejor de este nuevo Barça no fue siquiera el baño que le dio a su rival, desbordado y sin respuestas tácticas ni futbolísticas, sino la exposición pública al fin del extraordinario potencial que aparenta. Aun sin Lieke Martens, su estrella mediática, ha configurado un equipo que mezcla su fidelidad al estilo con algo más de filo. Un poquito de rock and roll que le dé un poco de picante al criterio y los buenos conceptos que ha ofrecido en temporadas anteriores. Un Barça evolucionado.

El Barça sólo tenía un fichaje, pero en realidad eran cuatro. Además de la noruega Caroline Graham Hansen, extremo con desborde que abre el campo con inteligencia, ha añadido a Van der Gragt y Patri Guijarro, que la temporada pasada estuvieron lesionadas y son parte de la columna vertebral del equipo de Lluís Cortés, y Oshoala, devastadora por su zancada y que jugueteó como quiso con el Atlético. A todo eso, el Barça le añadió la calidad de Alexia y Jenni, con sabiduría para marcar los ritmos del partido, dar y quitar gas cuando se requiera. El triángulo que las dos internacionales formaron con Patri Guijarro, perfecta como stopper y constructora, resultó una delicia.

Al Barça le dio tiempo en la segunda parte de enseñar más Masia (salieron Aitana y la jovencísima Claudia Pina) y enseñar músculo con Hamraoui, que la temporada fue básica en Champions y cuyo físico tendrá peso en competición europea. Con todo eso, y sin olvidar un partido profesional de su defensa y la figura de Mariona, siempre intuitiva y goleadora entre líneas, sobraban argumentos para desmontar al Atlético, que fue un juguete en manos de este nuevo Barça mejorado que no sólo promete tardes ganadoras, también de fútbol cinco estrellas.