Thomas, el tapón de la bañera rojiblanca

Hay frases históricas en túneles de vestuarios y mensajes en fachadas de estadios que resumen la historia o la filosofía de un club al que te enfrentas. Seguramente los Lodi, João, Herrera o Trippier leerían desde la lejanía los lemas del Atlético del Cholo. El "partido a partido", el "no dejes de creer" o la frase que resaltaba en el fondo del Metropolitano, por cierto, crónica anticipada de lo que ocurriría ante la Juve: "Una fe inquebrantable". Nada mejor para los noveles que vivirlo en la práctica, en un partido donde se enfrentaron ante un auténtico equipazo, sólido y contundente, demostrando los turineses ser claros aspirantes a la Champions. Los rojiblancos tiraron de fe para empatar el encuentro y recordarles a los noveles que estos lemas no son leyendas urbanas. Fueron dos tiempos diferentes. En el primero, los cambios de orientación a Trippier hicieron mucho daño a los de Sarri, una pena que sólo insinuasen peligro. Faltó algo de imaginación para crear verdaderas ocasiones de gol, es importante de cara al futuro que los laterales alternen centros arriba con pases tensos al punto de penalti para las llegadas de Saúl, Koke o João Félix. En el segundo, los errores defensivos y la eficacia italiana hicieron sacar una vez más al Cholo sus conejos de la chistera. Los Correa, Vitolo y Herrera dieron de nuevo la razón a las respuestas que propuso el míster.

Thomas protege la pelota frente a Pjanic.

Me transmite mucha paz ver a Thomas de 5, como diría el maestro Relaño, "como tapón de la bañera rojiblanca". Poca agua entra ante su despliegue físico, dándole libertad a Koke y a Saúl. Reconozco que me bajan las pulsaciones a 48. El ghanés, de nuevo, demostró, a pesar de su versatilidad, que si se mentaliza en jugar de 5 puede ser uno de los top en esa posición. A nivel colectivo hay que mejorar en la parcela defensiva, no es normal que en los tres últimos partidos se hayan recibido seis goles con fallos de posicionamiento y de tomas de decisiones de jugadores que todavía tienen que automatizar movimientos y conocer a sus compañeros. Lo recordó el Cholo, los italianos nos sacaban cinco años de media en el once inicial, algo que ayuda a la hora de encarar situaciones en un partido, aunque para mí lo que realmente ayuda de cara al futuro es que los nuevos vean en primera persona que en este club "la fe es inquebrantable".