La defensa del área del Atleti ante Cristiano
El Eibar y la Real descubrieron a los de Simeone.
Entre la inquietud por el golpe de Anoeta y los primeros pasos siempre complicados de la revolución pretendida por Sarri, Atlético y Juventus pisan la Champions en un duelo no tan distinto a lo que fue. No hay duda de que se mantendrá parte del relato de la eliminatoria del curso pasado o del amistoso de pretemporada, aunque los diseños tácticos o algunos conceptos evolucionen. Simeone procurará no quedarse en inferioridad en el mediocampo, morder con progresiones verticales y defender mejor el área de lo que lo está haciendo. Al mismo tiempo, Sarri no renunciará al juego de posesión ni tampoco a su postura valiente sin balón.
La Juventus se despliega bajo un 1-4-3-3 (1-4-4-2 en fase defensiva) e hila su secuencia de pases desde Sczcesny. El Atleti no se puede desviar en la presión como sucedió contra la Real Sociedad de Odegaard. Se vio a un equipo descoordinado, saltando sobre el poseedor sin tener en cuenta los espacios vacíos. Simeone deberá ajustar el bloque ante una Juve que ejecuta apoyos y desmarques continuos para afianzarse con la pelota. Pjanic es el motor -89% de acierto en las entregas- y el hombre a minimizar. El Atleti no puede permitirle que gire y actúe con desahogo. En ese contexto, la Juve se asentará con relativa comodidad en campo rojiblanco. Simeone no descarta la opción de tirar de Thomas para nivelar las fuerzas numéricas -Thomas, Koke y Saúl contra Pjanic, Khedira y Matuidi- y engrasar la medular. Aun así, al Atlético le tocará afrontar muchos momentos replegado en terreno propio y deberá advertir algunos mecanismos que utiliza la Juventus.
Khedira y Matuidi como interiores rompen al hueco entre lateral, central y pivote. El alemán contribuye a la profundidad de la Juve y gana la espalda a los medios rivales. En la otra dirección, Bernardeschi viene a recibir entre líneas y el hecho de jugar a pierna cambiada alimenta su producción interior. Todos esos movimientos consienten las apariciones de Pjanic desde atrás que tan mal le sentaron al Atleti en aquella noche aciaga de Turín de la que tampoco pudo escapar del fenómeno goleador de Cristiano. Por aire y tierra, el portugués resultó diferencial. Parece que replicará su emparejamiento con el lateral derecho -Trippier ahora, antes Juanfran- para aprovecharse de su potente juego aéreo en los centros laterales. No está siendo un inicio de campaña fácil para el Atletico respecto a su fiabilidad en área propia. Fue un problema acusado ante el Eibar y la Real Sociedad.
El Atleti navega entre menos dudas en el capítulo ofensivo. El ímpetu de Diego Costa para estirar al equipo en las disputas y rupturas podrá alarmar a una Juventus que no termina de arreglar su línea defensiva. De Ligt es el síntoma de la desorganización. Tanto ante el Nápoles como frente al Fiorentina protagonizó errores en la lectura del fuera de juego y en las vigilancias. El compromiso veraniego también reveló ciertas ventajas en las incorporaciones de Trippier por la derecha al bascular Rabiot en exceso hacia dentro. Matuidi entiende mejor este aspecto del juego. El cambio de orientación de Giménez, Saúl o Koke hacia el inglés puede ser un argumento a favor de un Atleti para quebrar la previsión de igualdad que rodea la contienda.