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El ‘16’ es muy bueno

Espejismo.- Al descanso, los 60.000 aficionados que desafiaron a la lluvia en las gradas del Bernabéu se pellizcaban para constatar que estaban despiertos y que lo presenciado era todo real. En el receso el equipo de Zidane aplastaba al Levante con un fútbol coral, trenzado y vistoso que tuvo formato triunfal con los goles de Benzema (2) y Casemiro. Desde mayo de 2018 no se iba el Madrid al descanso con una diferencia de este calibre. Por fin parecía que se acababa la maldición de las matinales de La Castellana. En los últimos cinco partidos que los blancos habían jugado en casa a la hora del tapeo, siempre salió cruz. 1-1 y 1-2 ante el propio Levante, 0-2 ante el Betis, 0-3 con el Barça y 1-2 con el Girona. Esta vez todo eran carfas felices y dos palabras repetidas con entusiasmo indisimulado: “Hoy sí”. Pues no...

Ojo a Karim.- Lo de Benzema es digno de estudio. Desde que se fue Cristiano, Karim es la gran estrella del Real Madrid. El referente arriba, el faro que buscan los compañeros, el pegamento en las sociedades generadas junto al área, la luz en mitad de la niebla y, digámoslo alto, el ejecutor de alta fiabilidad capaz de meter goles de perfecta definición. Su magnífico cabezazo en el 1-0, tras espléndido pase de Carvajal, lo hubiesen firmado Santillana, Zamorano o Cristiano, mientras que en el 2-0 tuvo la sutileza de facturar una gran asistencia de James. En el segundo tiempo firmó un derechazo al palo. La madera evitó el hat-trick perfecto (con las dos piernas y con la testa). Enorme Karim.

James, de 10.- Este es el dorsal que llevó el colombiano en sus tres primeros cursos de blanco, cuando llegó al Bernabéu con la vitola de pichichi del Mundial de Brasil. Pero chocó con Zidane y tuvo que emigrar al frío de Múnich. Hemos tenido que esperar dos años para rescatar su talento, su plasticidad y su zurda prodigiosa. James lleva ahora el ‘16’ y lo acepta con humildad. Los números no juegan. El cafetero está en su segunda juventud profesional. Soñaba con volver a triunfar en el Bernabéu y va camino de ello. Ante el Levante asistió a los compañeros, fue una delicia en la mediapunta (con Lucas y Vinicius ocupando las bandas) y añadió un plus de compromiso cuando el equipo se partió por el doble cambio-suicida de Zidane (¡no puedes quitar a la vez a Casemiro y Ramos!). Ahí apareció el James peleón que se fajó como loco para tapar las vías de agua que había dejado la pizarra...

Canteranos.- El equipo granota nunca se rinde. Su lema es “Macho Levante” y lo llevan a rajatabla. Con el Comandante Morales al frente, lideró la revolución con un gol de Borja Mayoral (delantero centro que durante toda su carrera se forjó en Valdebebas) y otro de Melero, también canterano blanco. La sangría atrás continúa. El día que el Madrid acabe con la portería a cero organizo una barra libre y cubro los gastos. Y menos mal que Courtois evitó el 3-3 en el descuento, aliviando el debut de Hazard, que en media hora nos dejó claro que su fichaje va a ser top. Un jugador diferencial. Con el belga nos esperan tardes felices en Chamartín.

Orgullo charrúa.- Antes del partido me encontré con Pablo Zippone, junto a su mujer Alejandra Latorre y sus peques Joaquín y Sarah. Este uruguayo irreductible nacido en Rosario (misma ciudad que Godín) ama al Madrid como a su vida y cada año se deja sus ahorros para ver un partido en el Bernabéu. El triunfo va por ti, vikingo.

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