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Cambio de modelo a base de bombas

La noticia de la llamada de Lim a Murthy para que fuera urgentemente a Singapur puso a todo el valencianismo con las orejas tiesas. O bomba o falsa alarma. Y fue bomba, la bomba que había estado amenazando con explotar todo el verano. Marcelino, por los aires. Celades, a entrenar. El dueño del club no aguantó ni un segundo más al técnico. El pulso que le echó el asturiano a Lim en los últimos días del mercado sentenció al técnico. Parecía que era cuestión de que el balón no entrara en dos partidos para que el cambio de tercio en el banquillo se produjera. Pero Lim no esperó ni a eso. Ha hecho saltar todo por los aires a días de medirse al Barcelona y al Chelsea. Los últimos dos años exitosos del Valencia ya son historia. Marcelino ya no está y aunque Mateu Alemany de momento sigue, su situación está ahora, cada vez más, en entredicho.

El Valencia que montaron Mateu y Marcelino ya no existe. ¿Pero hacia dónde va ahora mismo el club? Es evidente que hay un cambio de modelo. Un cambio en un momento pésimo pero un cambio que iba a llegar más pronto que tarde y hay que asumir. Las palabras de Anil Murthy en la presentación de Celades aludiendo, a puerta gayola, a la apuesta por los jóvenes valores parece que va a ser el ‘leitmotiv’ de esta nueva era. También servirá como argumento para el despido de Marcelino. Celades apostará por Kang-in Lee y Ferran Torres. Es obvio. El cambio de técnico, inevitablemente, lleva a la mente a la época reciente más oscura, a aquella en la que Lim puso a su amigo Neville en el banquillo. El singapurense ha dado un giro a los acontecimientos como dueño del club con todo el derecho. Pero ha vuelto a ponerse en el foco. Como siempre en el fútbol, los resultados dictarán. Pero esta vez, como el equipo no los consiga, la presión popular llegará hasta el mismo Singapur.