El Hagi del 94 y el Hagi de 2020
Algunos crecimos disfrutando de la mejor Rumanía de la historia y tenemos a Dumitrescu elevado a los altares. Alguien debería hacerselo saber al bueno de Ilie. Sus dos golazos a Argentina en Pasadena seguramente tengan la culpa. La huella de aquel equipo liderado por Hagi es imborrable. Pasan los años, llueve en los Cárpatos, salen jugadores y jugadores, y los rumanos no se acercan ni de lejos a ese nivel. Es una misión imposible, probablemente. O no.
Porque la Rumanía actual, plagada de gente joven brillante y con un técnico agresivo, juega sin tapujos. Lo hizo ante España, a la que planteó un encuentro con tres centrales y con Kepa como héroe inesperado al final. Nedelceanu, Marin, Hagi, Puscas... No sé si llegarán algún día a la talla de los Belodedici, Popescu, Hagi o Dumitrescu, pero sí tienen calidad como para estar en la próxima Euro. Bucarest será sede, recordemos. Y quizá Rumanía sea local.