Robert pasa la ITV

Factor Ramos.- Los 55.000 rumanos que llenaron las gradas del Estadio Nacional de Bucarest (que nos daban un guiño involuntario a los españoles al tener las butacas de color rojo y amarillo) se quedaron en riguroso silencio cuando Sergio Ramos, una vez más reivindicándose como el Pichichi de España, daba un cursillo de definición en la suerte de los penaltis. Ya no le hace falta lanzarlo a lo Panenka para engañar a los porteros rivales. Y eso que el rumano, el veterano Tatarusanu que ahora juega (para) en Lyon, tuvo una actuación prodigiosa que evitó una goleada de escándalo.Paco Alcácer, Rodrigo y Jordi Alba saben bien de lo que hablo. Pero Ramos había fijado el objetivo en sus redes sociales horas antes del partido y cumplió su vaticinio con un léxico bilingüe: “¡A por 3 puntos clave! Come on!”.

La hora de Robert.- Las circunstancias, terribles se mire por donde se mire, le han dado esta oportunidad única en su carrera. Pero como yo soy un soñador y creo en las cosas del destino me parece que Robert Moreno se merece todo nuestro apoyo y un innegociable voto de confianza.

La pequeña Xana y su espíritu siempre estarán presentes entre nosotros. La vida te pone a prueba cuando menos lo esperas y conozco muchos técnicos con un currículo ‘perfil Harvard y Oxford’ que se han pegado un batacazo sideral con nuestra Selección. Robert es joven (el día 19 cumplirá 42 años) y está en la primera línea de playa de conocimientos y de metodología con la tecnología más avanzada. Estamos inmersos en la era donde la ciencia ha dejado atrás el “a mí Sabino que los arrollo”. Atacar al técnico de Hospitalet de Llobregat por el simple hecho de no haber entrenado antes a grandes equipos, aunque sí como ayudante, me parece un recurso tan facilón como perverso. Se hace camino al andar. Dejémosle trabajar.

Un clásico.- Para los de mi generación, los nacidos a mediados de los 60, lo de ver a España enfrentarse a Rumania era un clásico. De crío recuerdo partidos complicadísimos en Bucarest, sobre todo con ese Lacatus que era un verdadero demonio. Tampoco olvido a Dudu Georgescu, un goleador impresionante en la década de los 70, y posteriormente a los Belodedici, Balint, Iordanescu o Piturca, teloneros de Giga Hagi, genio y figura cuyo hijo ya está en su equipo nacional para dignificar ese apellido inolvidable de cuatro letras. También tienen ahora a un Puscas, con c, que es un diablillo con el balón y un peligro soltando codos. Busquets y su labio dan fe de ello. Los rumanos nunca fueron un rival sencillo. Ni en el siglo XX ni en el XXI…

Escuela de Utrera.- De allí es el añorado José Antonio Reyes. Y de allí es Dani Ceballos. Puro arte. Su pase con el interior a Jordi Alba en la jugada de manual del 0-2 sólo está al alcance de los elegidos. Menos para Zidane, Ceballos es un lujo para cualquier entrenador que tiene la suerte de tenerlo a sus órdenes. Junto a Fabián forma una dupla que intentará reeditar, aunque el listón está muy alto, la formada por Xavi e Iniesta. Con los Sub-21 ya han reinado en Europa. Ahora les toca el turno con los mayores.

Pleno al 15.- Como quien no quiere la cosa, La Roja ya lleva 15 puntos de 15 posibles. Un éxito a pesar de que el grupo tiene un perfil generoso. Pero que nadie olvide que jamás habíamos ganado en Rumanía y esa tara de nuestra historia ha caducado gracias a la calidad, el compromiso y la fe de este grupo diseñado para reverdecer viejos laureles, como se decía en los viejos tiempos…