Comienza la era Leclerc
De hecho, le fue por poco a Leclerc quedarse de nuevo con la miel en los labios, como ya le ocurrió en Austria con Verstappen. En ese sentido la fortuna ha estado de su parte, al igual que una actitud disciplinada de Vettel en el instante de cederle un liderato que sabía no podría mantener ante el empuje de su compañero. Porque si el alemán llega a enredarse al facilitar ese adelantamiento, se hace el remolón o se pone digno como teórico número uno de Ferrari quizá le hubiera arrebatado al ya ganador unos segundos valiosos. Porque Hamilton, como era previsible, lo intentó en las últimas vueltas consciente de los problemas de neumáticos de su rival, por mucho que un segundo puesto ya fuera un gran resultado para un Mundial en el que es más líder.