La deformación del Eibar y la ruptura de João Félix

La identidad del Atleti se opone a la indefinición del Eibar. La discrepancia persigue a los de Mendilibar en este arranque, muy lejos del equipo tan característico que era. Sin el apoyo de Ipurua, no se ha reconocido al Eibar en las visitas al Mallorca (2-1) y Osasuna (0-0). Ni la presión coordinada y altísima, ni la carga con centros desde las bandas han señalizado al conjunto armero como lo hacían antes. Las salidas de Rubén Peña, Joan Jordán y Cucurella y la lesión de Cote le han desnaturalizado y ahora le toca reencontrarse ante un Atleti lanzado bajo su traje habitual.

La disposición sin balón y la aplicación tras pérdida es la principal diferencia del Eibar en este inicio respecto a temporadas pasadas. Dónde y cómo robar resultan ideas providenciales en el plan de Mendilibar. Sin embargo, las líneas se desconectan, nadie ofrece la agresividad que aportaba Joan Jordán y los centrales se ven desnudos con tanto campo a sus espaldas. Antes Ramis y su acompañante en la zaga anticipaban como respuesta del perfecto funcionamiento del bloque, pero ahora han de girar al no haber un empuje ordenado. El Eibar está promediando ocho recuperaciones en terreno contrario, 14 menos que en el ejercicio anterior. Al Atleti le convendrán las apariciones de Koke en la base por las dificultades que tiene Llorente para perfilarse. Mendilibar buscará ajustar su 1-4-4-2 para que el medio centro atlético tenga una vigilancia siempre encima de él.

Las contrariedades que padece también descolocan al Eibar por los costados. Los laterales toman demasiada altura en fase defensiva, un actitud que ha pasado de ser una virtud a un defecto visible. La confusión en la presión pone en jaque al sistema con movimientos muy sencillos de ejecutar por los delanteros o mediapuntas rivales. Las rupturas de João Félix y Diego Costa hacia los carriles, como realizó el portugués en el gol decisivo frente al Leganés, desmontarán al Eibar si mantiene su posicionamiento avanzado y menos apasionado que antaño. Asimismo, Trippier y Lodi replicarán la estrategia contra el Getafe tanto si el Atleti juega con rombo o si lo hace en un 1-4-4-2 más tradicional. Su presencia contribuirá a dar amplitud cuando el Eibar repliegue por obligación y originarán la duda entre los extremos y los laterales.

La desorientación del Eibar se prolonga al capítulo ofensivo. No es el equipo intenso por fuera que metía continuamente centros laterales – sólo ocho buenos por partido en este curso- para fijar las defensas y ocupar los espacios para ganar la segunda acción. Sin Rubén Peña y con Cote trasquilado por su lesión, primero y tercero en la clasificación de jugadores que más envíos laterales realizaron en la pasada Liga, el Eibar se queda corto por las alas. La falta de un zurdo, forzado primero Tejero y después Arbilla –hoy volverá a hacerlo- a actuar a pierna cambiada, condiciona el método de Mendilibar. A Cucurella también le echa en falta el Eibar. Las jugadas de ataque armeras por los márgenes se han reducido en un 30% y la dupla ofensiva debe intervenir más fuera del área que de costumbre. El Atlético, con el liderato a tiro, medirá la capacidad de rehabilitación del Eibar, aunque el escenario no parece el mejor para su despegue.

Vacío en el lado débil

El Eibar se descubre en el perfil contrario por el que transcurre la jugada durante el retorno. No termina de cerrarse bien y permite la llegada liberada de los adversarios. En la imagen, tomada del duelo ante el Mallorca, Salva Sevilla penetra en el área sin oposición.