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130M€ + Rakitic y Dembelé por… otro entrenador

Valverde comienza a jugar con fuego con demasiada asiduidad. Sabe que las debacles de Roma y Liverpool en la Champions le han impedido consolidarse como hubiera sido normal para un entrenador con dos Ligas seguidas en el bolsillo. Y tampoco puede ocultar que más de uno le tiene cruzado, empezando por los que forman la agitada y cambiante junta directiva del Barça. La verdad, hasta para los que creemos en él, es que se ha mantenido en su puesto porque el mercado no seduce ni garantiza el éxito ansiado, pero el técnico comienza a acumular errores y decisiones controvertidas dentro y fuera del campo que juegan en su contra. A estas horas por alguna cabeza rondará una duda: si no urgía más invertir en renovar el banquillo antes que en hacer más rico al clan Neymar.

El esperpéntico primer tiempo de Pamplona viene a rematar unos meses deplorables en Can Barça que comenzaron con el ridículo de Anfield, que siguió con la jornada de brazos caídos en la final de Copa del Villamarín y que ha tenido su continuidad en una pretemporada en la que, lejos de apreciarse un golpe en la mesa de Valverde, se ha aireado una pérdida total de papeles. Coutinho y Dembélé no han sido lo que fueron. Hasta ahí existe unanimidad. Por eso uno se ha ido cedido antes incluso de que hiciera un último y necesario servicio, jugando ante el Betis cuando el equipo estaba en cuadro o entrando de forma decisiva en la Operación Neymar, mientras que al otro se le ha querido poner un lazo rumbo a París. El bajo rendimiento de ambos es culpa, sobre todo, de los propios futbolistas. Sin embargo, no toda es suya: una de las misiones del entrenador también es sacar el máximo partido a lo que tiene.

Y eso, simplemente en lo relativo al ficherío. Futbolísticamente, Valverde tiene confundidos a Sergi Roberto y a De Jong, que no saben si son una cosa o la anterior. Un campeón del mundo como Umtiti está a la sombra de un compatriota que, curiosamente, no aparece en su selección. Vidal, de lo poco salvable al final de la pasada temporada, sigue de meritorio y se le está poniendo cara de Alexanco. También ha deprimido a Aleñà. Algunos de sus fichajes ya no están o sólo entrenan. Arthur, brillante en Pamplona, se le fue de las manos en su primer año como si se tratara de una estrella que será pero que aún no es. Y Rakitic… Ay Rakitic... Tercera suplencia seguida, y segundo encuentro consecutivo sin disputar ni un solo minuto, con la sospecha de que en las próximas horas podría hacer las maletas. Así las cosas, y una pila de millones de euros gastados después, el que salvó parcialmente los muebles antes del parón fue un adolescente que ha llegado sin que nadie lo esperara: Ansu Fati (16 años). Y eso, además de ser una grandísima alegría, es un reflejo de una patética planificación. Valverde se está ganando tantos críticos y se ha mantenido de pie después de tantas decepciones que, como suele pasar en estos casos (¿verdad Zidane?), está tan cerca del caos como de la sexta Champions u otro triplete.