Fútbol es arte en movimiento
Ese gesto histórico en el que Cruyff desafía el aire o cualquier accidente que no fuera el impuesto por su voluntad, cuando decide rematar como le da la gana, estaba creando una escultura que simboliza la ambición del fútbol, que es hacer aire en movimiento. Rematar una ilusión sin tener en la cabeza el resultado. Arte. Él integró todas las artes del fútbol y de la vida en un solo arte que lleva su nombre propio, Johann Cruyff. Que un estadio lleve su nombre, y se halle asociado al aprendizaje de este arte amenazado por los artificios del capitalismo del fútbol, es un acto de justicia poética, una continuación por otros medios de esa pirueta que es metáfora de los movimientos inverosímiles de aquel holandés maravilloso.
Generó palabras que en sí mismas eran tácticas cuya práctica iba a mejorar la actitud de los jóvenes y el gusto del espectador. Pero de todas esas expresiones que dijo con su acento holandés la que quedará para siempre, para niños, jóvenes y viejos, es la que convocaba a salir al campo a disfrutar.
El fútbol se hace bien perfumado, alegre, con el ceño abierto al aire del juego, no a las artimañas de la competición. En su autobiografía, Las palabras, hablando de la pasión Jean Paul Sartre distingue entre la sinceridad y el artificio. Cruyff fue contagiosa pasión que en el césped tenía la residencia de sus sueños.
Ese gesto histórico en el que Cruyff desafía el aire o cualquier accidente que no fuera el impuesto por su voluntad, cuando decide rematar como le da la gana, estaba creando una escultura que simboliza la ambición del fútbol, que es hacer aire en movimiento. Rematar una ilusión sin tener en la cabeza el resultado. Arte. Él integró todas las artes del fútbol y de la vida en un solo arte que lleva su nombre propio, Johann Cruyff. Que un estadio lleve su nombre, y se halle asociado al aprendizaje de este arte amenazado por los artificios del capitalismo del fútbol, es un acto de justicia poética, una continuación por otros medios de esa pirueta que es metáfora de los movimientos inverosímiles de aquel holandés maravilloso.
Generó palabras que en sí mismas eran tácticas cuya práctica iba a mejorar la actitud de los jóvenes y el gusto del espectador. Pero de todas esas expresiones que dijo con su acento holandés la que quedará para siempre, para niños, jóvenes y viejos, es la que convocaba a salir al campo a disfrutar.
El fútbol se hace bien perfumado, alegre, con el ceño abierto al aire del juego, no a las artimañas de la competición. En su autobiografía, Las palabras, hablando de la pasión Jean Paul Sartre distingue entre la sinceridad y el artificio. Cruyff fue contagiosa pasión que en el césped tenía la residencia de sus sueños.