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La clave es Odegaard

Futbolista para todo. En Odegaard cabe cualquier registro ofensivo. El impacto inmediato de su figura en el guión de la Real Sociedad se ha revelado decisivo en apenas dos jornadas. Si en el estreno ante el Valencia dominó la escena en los ataques posicionales -57 pases en campo contrario con un 90% de acierto-, contra el Mallorca se confirmó como un talento superdotado en la construcción de las transiciones. A máxima velocidad también conoce el protocolo. El balón al espacio para Portu y el acompañamiento que ejecutó para terminar resolviendo con una soltura destacada brindó el primer triunfo de los de Imanol en la temporada. En tiempo récord, Odegaard se ha convertido en el faro de la Real. Sabe temporizar o animar la jugada cuando toca, resulta engorroso arrebatarle la pelota y siempre se mueve con inteligencia sin el balón. Alrededor del noruego transita la Real Sociedad: casi el 45% de sus ataques se suceden por el perfil derecho, territorio en poder de Odegaard.

La vigencia del de siempre. Sin Messi ni Luis Suárez, tampoco el inescrutable Dembélé, pero con Griezmann siendo Griezmann y bajo la batuta de Busquets. La arenga de Valverde al galo y el banquillazo del medio centro en San Mamés estimularon la mejor cara de ambos. La indefinición que afligió al Barcelona en su primera comparecencia liguera se transformó en una actuación convincente, colectiva y aparente frente al Betis. De Busquets a Griezmann, el equipo azulgrana atendió a la posesión, con laterales profundos, interiores modernos y extremos enérgicos y participativos, pero también despuntó el compromiso tras pérdida. El Barcelona recuperó 31 balones en la mitad del campo del Betis, 22 más que ante el Athletic, con Busquets -seis robos en zonas avanzadas- como consejero espiritual de la causa. Los goles del radiante Carles Pérez y de Jordi Alba nacieron de movimientos de presión del de Badía. Busquets todavía es el distintivo del estilo del Barcelona.

El debate de la derecha. El destino hizo un guiño a Simeone. Parece que sólo el técnico argentino ve a João Félix partiendo desde la banda derecha y fue en una intervención del portugués en ese costado como el Atleti reivindicó en Butarque el valor del unocerismo. Simeone copió de inicio los tres centrales y dos carrileros del Leganés. Con su decisión, ya explorada en partido anteriores contra rivales similares, anuló a los de Pellegrino, pero también a su equipo. Sólo cuando mudó el sistema y se preocupó en girar a la defensa del Leganés se ganó la gratificación. Los dibujos de tres centrales y dos carrileros soportan dificultades para cerrar las bandas. En este contexto asomó João Félix. Su desmarque de ruptura a la espalda de Jonathan Silva, forzando a Siovas a salir de su zona, habilitó a Vitolo. João Félix desequilibró el duelo desde la derecha, aunque únicamente el 15% de sus acciones las llevó a cabo en ese margen del terreno de juego. El debate sigue vivo.

Los 100 pases de Marc Roca. Se intuía este principio complicado para el Espanyol. El adiós de Rubi y las ventas de Mario Hermoso y Borja Iglesias avisaban de la dirección tomada. Permanece -por ahora- Marc Roca, el jugador que más está sufriendo el debilitamiento de la estructura. Brillante en el último Europeo Sub-21, necesita de receptores que se escalonen a distintas alturas y den amplitud para armar la construcción perica. Contra el Alavés lo intentó en todo momento, ubicándose a la par de los centrales para liderar la salida, pero nunca encontró aliados idóneos. El medio centro sumó 100 pases -85 buenos-, la cifra más alta de un jugador del Espanyol desde la 2005-06. El logro no alcanzó al juego. La falta de socios por delante abocó a Marc Roca a la horizontalidad: el 72% de sus entregas finalizaron en su propio campo.

La carta de Lopetegui. Sonríe el Sevilla, dos de dos en LaLiga, impulsado por las novedades tácticas que ha traído Lopetegui. La aplicación en la presión, la asociación a uno o dos toques y la activación de las bandas apadrinan su propuesta. Joan Jordán, fichaje con menor glamour que otros, encarna estas cualidades. Sus méritos no son pocos. Ocupa campo, se maneja con criterio en los desplazamientos, contribuye en las llegadas y se muestra firme en el quite. El encuentro frente al Granada, como ya hiciera ante el Espanyol, justifica su contratación. En todos los apartados del juego sumó -69 pases, 11 recuperaciones...- y el sello de la victoria tuvo su nombre. De gol también presume.

Los saques de banda del Athletic. Aunque no disipa las dudas sobre su capacidad en la elaboración, mermado Muniain en la izquierda y con tendencia a abusar de los envíos directos, el Athletic se ha afianzado como bloque. Es Garitano un entrenador meticuloso, siempre pendiente de los detalles. Los dos goles rojiblancos ante Barcelona y Getafe llegaron de saques de banda. En ambos hubo una prolongación preparada, confirmación de que esta situación no responde a un hecho anecdótico. En el debut Raúl García descargó con el pie para Capa y frente al Getafe De Marcos peinó con la cabeza para el apoyo de Williams. Los toques fueron el origen, que no el motivo, de los goles. La tijera de Aduriz aún colea.