En once grandes premios de colaboración con Honda, Red Bull acumula ya dos victorias. En sesenta con estos mismos propulsores durante tres temporadas, McLaren no consiguió ni una sola. Son datos objetivo y elocuentes que admiten quizá interpretaciones pero de una contundencia incontestable en el plano estadístico. El equipo energético ha hecho mejor su trabajo, de eso no hay duda, se me antoja indiferente que su acierto se base en construir un monoplaza más apropiado al motor o en motivar a los ingenieros japones para solucionar los problemas que sufrieron en la escudería británica y que llevaron a la desesperación a Fernando Alonso, tanta como para empujarle a la retirada (ya veremos si provisional o definitiva) de la Fórmula 1.

En la ecuación podríamos introducir el factor humano, pero en este caso me parece irrelevante por dos motivos. El principal es que sabemos bien que, en circunstancias normales, sin una mecánica altamente competitiva en esta F1 es imposible aspirar siquiera a la victoria. Por otro lado, los triunfos de Red Bull con Honda son de Max Verstappen, sin duda uno de los pilotos más talentosos de los últimos tiempos pero no creo que superior en este sentido a Alonso. El asturiano se marchó en un excelente momento de forma y con una experiencia inigualable, quizá sólo menos motivado de lo necesario condicionado por las circunstancias. Así que pienso que se trata de una cuestión técnica y no deportiva, algo en lo que Red Bull ha dejado en clara evidencia a McLaren.