Arnau Baqué

Las salidas, bendito dilema

Hace pocas temporadas, los veranos de mercado perico eran vividos con amplio sufrimiento. De ahí a la resignación ante la evidencia de la marcha de todos nuestros activos. Ahora, se ha tornado apacible y ha sufrido un brusco cambio a mejor. Hemos pasado de vender sistemáticamente a todos nuestros jugadores por la primera cantidad que nos ofrecía a exigir las cláusulas. Sin duda, el desahogo económico y el desembarco de Rastar han tenido mucho que ver. Sin embargo, también hay factores externos.

Vender no es nada nuevo en el fútbol actual. De hecho, es una necesidad para 17 ó 18 clubes de LaLiga (no sabría si incluir al Atlético de Madrid) y, por ello, de la gestión de las entradas y salidas, depende en gran parte el crecimiento de un club y su transformación, véanse los casos de Sevilla y Villarreal, por citar ejemplos cercanos. Ahora podemos vender sin esa soga que nos aprieta el cuello hasta asfixiarnos. Ahora perder a Hermoso o Borja Iglesias se transforma en una oportunidad de crecimiento si sabemos hacer bien nuestro trabajo, una manera de reinventarse y crecer, tal y como hicimos el pasado curso con la venta de Gerard y la llegada del ‘Panda’. Las salidas son ahora un bendito problema, algo que ya no tiene que agobiarnos y mirar el diario con nerviosismo, deseando día tras otro, que las noticias no sean tan poco halagüeñas como el día anterior. Ahora necesitamos seguir vendiendo pero tenemos más armas para poder vender bien y crecer.