Ciconne sorprende y Thomas olvida fantasmas

Gulio Ciccone ha venido para quedarse. El joven ciclista italiano había ganado la clasificación de la montaña en el pasado Giro y hoy ha logrado vestirse de amarillo. El liderato es un premio que se ha encontrado por sorpresa. En los últimos metros de la etapa, parecía más preocupado por la frustración que sufría tras perder el duelo con Dylan Teuns que por recortar tiempo a Julian Alaphilippe, quien más pronto que tarde tenía que dejar el maillot. Así es el Tour, algunas veces te quita y, en otras, te da una de las mayores alegrías de tu vida deportiva.

La carrera está más abierta que nunca. Presentar un equipo compacto es esencial para tener opciones de subir a lo más alto de París. Movistar parece ser el conjunto más poderoso de esta edición, con permiso del Ineos. Demostraron que han venido a algo más que competir y Landa a algo más que a ser escudero de Quintana. El español atacó con valentía, pero Pinot, que está en buen momento de forma, abortó su plan. Toda Francia va a empujarle, sobre todo después de que Bardet quedase rezagado. Todavía es pronto para resaltar los candidatos más firmes. Los segundos perdidos por favoritos como Enric Mas no son muy relevantes. Era un final muy exigente y deberían quedarse con las sensaciones mostradas durante todo el día, aunque Geraint Thomas ya ha dejado claro que su caída en Suiza es cosa del pasado.