La Copa América de Tite y los fiascos de CONMEBOL... y Messi
Ganó Brasil la Copa América sin Neymar, sin carisma y sin brillo. De los pitos de los partidos ante Bolivia y Venezuela pasó a levantar la copa en Maracaná. Pocas veces antes en la historia de la selección brasileña enamoró menos un equipo que este. Pero Tite ha logrado convertir una Brasil vulnerable y que con Dunga amenazaba incluso con quedarse fuera del Mundial en un conjunto pegajoso y con gran pegada arriba. La Brasil ganadora de siempre, vaya. Lejos están Gabriel Jesús, Firmino y Everton de los mejores delanteros brasileños de siempre -Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Pelé...- y sin embargo mantienen esa facilidad para agujerear las defensas rivales que siempre tuvo Brasil.
Nada del título brasileño se explicaría sin la decisión de Tite de poner a Gabriel Jesús como extremo -y no de nueve- y de adelantar a Coutinho hacia un 4-2-3-1 en ataque desde el 4-3-3 en defensa. Es un excelente estratega el ex de Corinthians, un técnico de la vieja escuela brasileña, desde Zagallo a Scolari. También es un técnico que ha sabido dotar de un mayor espíritu de sacrificio a una selección demasiado tendente a la 'estrellitis'. Los últimos minutos de la final ante Perú, con un futbolista menos, son el mejor ejemplo. También ante Argentina en semifinales y ante Paraguay en los penaltis de cuartos supieron sufrir.
A la sombra del torneo queda el triste final de Messi y de Argentina. No recoger la medalla de bronce, por muy perjudicado que se sintiese, fue un feo gesto hacia sus compañeros y no a nadie más. Al capitán y faro de la Albiceleste se le vio más ante los micrófonos que sobre el césped, como al último Maradona. Independientemente de eso, la gestión del VAR dejó mucho que desear y pone sobre la mesa el debate de cómo utilizar este sistema más allá del fútbol del primer mundo, el europeo. Lejos está Sudamérica aún de serlo.