Con MotoE arranca el futuro

Debo empezar reconociendo que no soy lo que se dice un apasionado de los vehículos eléctricos. Menos incluso de las motos, por varias razones. Esta declaración de principios no significa, sin embargo, que ignore la realidad de la industria de la automoción o las exigencias medioambientales que se irán endureciendo poco a poco. Es un camino sin retorno, se trata de la salud de las personas y del planeta, así que el asunto no admite demasiada discusión. Así que el arranque de la categoría de MotoE dentro del paraguas de MotoGP supone el inicio de una nueva era que será la hegemónica en un periodo que nadie se atreve a definir con precisión, pero tampoco a cuestionar como una realidad indiscutible. El debate es cuándo las eléctricas tomarán el relevo de las motos de combustión, no sé si llegará a producirse porque esto es seguro.

Llegará un día en el que la industria de la automoción no fabrique vehículos con emisiones, por lo que se puede tener bastante certeza sobre su desaparición consiguiente de la competición. Supongo que seguirán existiendo carreras de coches y motos tradicionales, si es que no se prohíben también, pero como algo meramente anecdótico. Lo evidente es que las grandes marcas no invertirán en prototipos que no tengan presencia en sus concesionarios, por lo que si no se fabrican motores de combustión tampoco se verán en los circuitos, es puro sentido común. El proceso, con seguridad, será más largo de lo que algunos pronostican, yo lo espero así. Pero ningunear a MotoE, considerar a estas eléctricas una chirigota insignificante sería un error garrafal que, antes o después, caería por su propio peso.