Fabián, Oyarzabal, Fornals y la verticalidad añorada

Cautivados todavía por la coreografía perfecta del envite ante Polonia, la Sub-21 dio continuidad a su explosión futbolística en el Europeo con otra obra magnífica, casi más difícil incluso. Se alzó ante el golpe inicial de Francia, que sólo intimidó por su capacidad en las transiciones tras robo. España se aplicó con autoridad, sedujo por su velocidad con balón y tuvo volumen por dentro y por fuera. Luis de la Fuente mantuvo el once de medio campo hacia delante y la decisión sentó bien al fútbol español. Lo que funciona no se toca. La conjunción de Fabián, Ceballos y Fornals orientó las posesiones españolas. Cuando los tres se asocian la circulación se acelera para bien. 

La Selección olfateó la debilidad de una Francia muy expuesta en los laterales. Dani Olmo y Fornals centraban su posición y premiaban la profundidad de Aguirregabiria y Junior. El lateral bético se manejo con superioridad en la banda izquierda. La agresividad de Oyarzabal como falso nueve volvió a jugar en favor de España. Es distinto al perfil de jugador que ha llenado las convocatorias de la Selección en los últimos años. También la aportación de Fabián ofrece registros tan variados de los que no se puede prescindir. No es un futbolista selectivo. Opera con la misma intensidad en la recuperación como en la construcción. Sus intervenciones en el gol de Dani Olmo especificaron el alcance de su juego. Robó el balón, se lanzó con vehemencia hacia arriba y paró el tiempo en el pase definitivo al jugador del Dinamo. Esta España une la tradición de la posesión bien ligada con la verticalidad aplastante de tipos como el propio Fabián, Fornals, Olmo, Oyarzabal y hasta Ceballos. La música suena como aquella que ya se echaba de menos.

La estrategia bien hecha

El empate llegó en una acción a balón parado que pone en valor el trabajo de Luis de la Fuente y Santi Denia, el encargado del cuerpo técnico en este capítulo. Marc Roca parecía hacer un bloqueo para la entrada de Unai Núñez, pero fue un señuelo con el que engañó a su marca (Touré). Tras el arrastre de Vallejo y Olmo se giró y vio portería sin oposición.