Nuestras chicas juegan hoy los octavos contra Estados Unidos, un rival terrible. Son más de un millón de fichas contra 60.000, son ocho mundiales jugados, todos hasta la fecha, y tres ganados, contra dos participaciones en las que hasta ahora sólo hemos conseguido ganar un partido. Hay pocas posibilidades de que nuestra Selección sobreviva a este cruce, pero está jugando bien, tiene ánimo y nada que perder. Su fútbol ha gustado, las transmisiones están siendo seguidas y algunos nombres, particularmente el de Jennifer Hermoso, cuya elegancia me recuerda a aquel ya lejano Jorge Mendoza, empiezan a calar.

Y tienen motivos para estar optimistas ante el futuro, porque por fin el Madrid se ha apuntado. Florentino se baja del burro, y anuncia la compra de la plaza del ‘Tacón’, recién ascendido. Que un hombre de mentalidad tan retardataria en lo social abrace al fútbol femenino explica mejor que nada la envergadura que el fenómeno ha alcanzado entre nosotros. No le pesará. Al Barça, la marca americana Stanley le paga tres millones y medio, todo su presupuesto. Bienvenido sea Florentino, aunque haya tardado tanto. Más alegría hay en el Cielo por un pecador arrepentido que por cien justos que hacen penitencia.

Una buena noticia para Ana Rosell, la impulsora del ‘Tacón’, nombre mal elegido, por cierto, pero que ya se evapora. Parecía mejor opción el Madrid CFF, creación de Alfredo Ulloa, viejo socio del Madrid y con la idea justamente de crearle una base a Florentino. Tiene equipo en Primera y en Primera B, una cantera de 400 niñas y ayer mismo las de 12 años ganaron la primera edición de la Liga Promises, creada a imitación de la de los niños. Pero Ana Rosell entró en la Federación y se movió bien cerca de Rubiales, que es quien ha convencido a Florentino, a fin de tener un cañón en el frente femenino, en estos días el más activo en su guerra contra Javier Tebas.