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Griezmann, bajo la sombra de Neymar

Dijo el otro día en los toros Miguel Ángel Gil que no le cabía duda de que Griezmann estaba fichado por el Barça desde meses atrás. No mucho más tarde, Bartomeu vino a decir que eso eran fantasías. La opinión bien informada se quedó con lo primero: poca gente tiene duda de que si Griezmann ha roto amarras con el Atlético ha sido porque se veía en el Barça, cerca de Messi, de contrapeso suyo en las zonas de ataque: si tú subes, yo me retraso, si tú te retrasas, yo subo. Y para el Barça, al que ni Coutinho ni Dembélé compensaron la abrupta salida de Neymar, Griezmann podría ser la pieza que ajustara de nuevo el puzzle.


Pero he aquí que hay dos obstáculos para el final feliz. Uno fue la santa chorrada que se permitió Griezmann hace un año y pocos días, en comandita con Piqué, anunciando ‘La Decisión’, que resultó ser la de seguir en el Atlético un año. Aquello molestó a los atléticos, y mucho más a los culés. Piqué salió bien librado de eso, por lo que es, por lo que significa y por lo que hace en cada partido. Pero Griezmann dejó bastante irritada a una afición que, por otra parte, ha disfrutado de Kubala, Cruyff, Maradona y Messi, por no citar a otros, frente a los cuales Griezmann no significa gran cosa. Y aquella chorrada sentó la mar de mal.

A eso se une que el PSG se empieza a manifestar harto de Neymar, cuya competencia con Mbappé se está agriando. Neymar tiene un punto de chorlito que amenaza con oscurecer su condición de futbolista de época, pero el barcelonismo aún guarda memoria de sus proezas, y desde luego sus máximos están muy por encima de lo que jamás consiguiera Griezmann. Así ante la pregunta de si él o Neymar, el barcelonismo elige a éste. Haya hecho lo que haya hecho o dejado de hacer el Barça respecto a Griezmann, el asunto es que difícilmente el francés está a día de hoy en condiciones de espantar la nostalgia de Neymar entre el barcelonismo.