El ritmo de España ante el pegamento defensivo de China
Ante la intensa China pone en juego España su continuidad en el Mundial. El impulso contra Alemania, que ni la derrota puede ocultar, revindicó el presunto favoritismo de España para ocupar la segunda plaza del grupo, pero el rival asiático no es un conjunto menor. China destaca por su orden defensivo, solidaridad colectiva y energía en los contraataques.
La Selección precisará de rigor en los pases y movilidad para abatir el muro chino. Jia Xiuquan establece un 1-4-4-2 en bloque medio-bajo, con las líneas juntas, coberturas constantes y un retroceso trabajado. Alemania ya probó la fiabilidad china y sólo pudo someterla en un córner. Con agresividad en los duelos, todas las futbolistas se involucran en tareas defensivas. No es un dato aleatorio el hecho de que las jugadoras ofensivas sean las que más faltas cometieron frente a Alemania (11) y Sudáfrica (8). China vivirá cómoda si la circulación de España carece de ritmo, pero sufrirá si las de Vilda logran acceder a Jenni por detrás de las pivotes Zhang Rui y Wang Yan. La lateral derecha Han Peng se queda demasiado retrasada, a la altura de las centrales, una postura que podría facilitar las intervenciones liberadas de Mariona o Alexia.
Al celo táctico China añade posibilidades interesantes en ataque. Sus transiciones tras robo mezclan velocidad, desmarques de arrastre y en apoyo y llegadas desde ambos lados. España debe recortar las pérdidas en las que cayó Alemania en zonas de riesgo. Tampoco puede descuidar su espalda si ejecuta una presión alta. Las centrales chinas se saltan pasos en la construcción y golpean en largo. En jugadas posicionales predominan el toque de la delantera de Wang Shanshan, la habilidad en espacios reducidos de Wang Shuang (cuatro regates por partido) y el desborde en la izquierda de Gu Yasha. El salto que quiere dar España pasa por reprimir la progresión de China.