España no emociona como Nadal

Hace casi diez años que España ganó el Mundial. Todo el país se volcó con la Selección, que venía de conquistar la Eurocopa 2008 y aún tenía por delante el éxito en la de 2012. Luego llegó Brasil 2014, donde Holanda nos reventó, y los gatillazos en Francia 2016 y en Rusia 2018. Hoy en día España aún no ha salido del bache emocional, no ha recuperado la ilusión de la gente. A Holanda, finalista en Sudáfrica, le llegó la crisis en la Eurocopa de Francia y en el Mundial de Rusia, para el que no se clasificó. Holanda ha vuelto con el Ajax y su equipo nacional ha disputado la final de la Liga de Naciones. El orgullo por la Oranje ha vuelto.

El reto de España, más allá de la victoria ante Suecia, es recuperar la emoción, sobre todo la de los más jóvenes. No llega con clasificarse para la Euro eliminando a Malta o a las Islas Feroe. Hace falta destacar en la fase final de 2020. Los niños de la Primera Comunión de este año no han visto ganar a España. Y lo que es peor, la han visto caer eliminada ante Rusia con Iniesta de suplente. Para tener un país detrás hay que ser Nadal. Y para ser Nadal hay que construir una trayectoria con esfuerzo y humildad, no rendirse jamás y hacerse querer dentro y fuera del estadio. Que victorias como las de anoche no sean el final, sino el principio. El espejo en el que mirarse es Rafa.