El relevo era Parejo

Esta España, en pleno proceso de regeneración, empieza a definir algunas piezas sobre las que girarán su presente y su futuro a medio plazo. El partido ante Suecia, el rival más huesudo del grupo, confirmó la consolidación de Dani Parejo. Su presencia le sienta fenomenal a la Selección. En épocas de opulencia, el jugador del Valencia vivió bajo la sombra de otros, pero ahora se ha desencadenado y ha reservado su lugar como uno de los interiores que deben escoltar a Busquets. Parejo dominó todos los tiempos, se manejó con criterio en el pase y dio un punto de agresividad necesaria al equipo. 

A España muchas veces le han faltado futbolistas que rompan líneas con sus movimientos o conducciones, que dividan y arriesguen en los pases. Parejo fue causa de muchas de las mejores situaciones de juego (cinco ocasiones creadas). Se atrevió a desdoblar a Carvajal, a finalizar acciones (tres remates) y a lanzar desmarques verticales hacia el área para desestabilizar la comprimida organización sueca. A él le confió la Selección la dirección del encuentro y él respondió con firmeza y naturalidad, virtudes que Asensio e Isco han perdido por el camino. Con Parejo así España aumenta sus registros y puede tener el relevo que se lleva tiempo esperando en el medio del campo. 

Dinámico

Parejo inicia la jugada y no se queda quieto, abalanzándose sobre el área. El balón acaba en el sector izquierdo y se ofrece para recibir por dentro. Dejada a Fabián que termina en un disparo notable del jugador del Napoles, rechazado por Olsen.