Cuatro años han dado para mucho

Hace cuatro años que España jugó su primer Mundial femenino. Y, fíjense, que parece que cuatro años no son nada, pero para el fútbol femenino español aquella cita mundialista, de la que salimos con una lección y ninguna victoria, supuso más que un punto de inflexión. Entonces, pocos españoles habían visto en su vida un partido de esta categoría.

Ahora, las cosas han cambiado. Y, mucho. No sólo porque ahora son pocos los que no han visto un partido femenino, sino porque su desarrollo y evolución está siendo imparable. Ahora, habrá un gran despliegue mediático que permitirá que sus partidos lleguen a todos los rincones de España.

De aquella España inexperta del Mundial de Canadá 2015, en la que muchas jugadoras tenían que pedir una excedencia para jugar, queda poco. Estamos ante estrellas, ídolos para los más pequeños. Ellas ya pueden vivir de esto, cuentan con patrocinadores, contratos de publicidad... Más allá del dinero, hablamos de futbolistas de renombre internacional, que incluso han pasado por grandes ligas como Francia o Inglaterra.

Muchos de sus nombres se repiten, pero su experiencia no es la misma. Algunas vienen de disputar una final de Champions. Otras, de jugar el partido en el que se batió el récord mundial a nivel de clubes. Pero, lo que sí que está claro es que todas ellas son parte de un triunfo, el del fútbol femenino en España. Sin su fútbol, sin su garra, nadie estaría escribiendo estas líneas.