Cien días de cortesía es lo mínimo

Paco Zas es desde el martes el nuevo presidente del Depor. Nacido en A Coruña, criado en las categorías inferiores, jugador del Fabril, llegó al primer equipo, socio de plata, entrenador nivel 3 e inquilino habitual de las gradas de Riazor y Abegondo todos los domingos. Creo que cualquiera de esos que reparten carnets de deportivista tendrá muy complicado igualar una hoja de servicios en blanquiazul como esta. Zas tampoco es un paracaidista que aterrizó en Palexco de la nada. Hace cinco años ya se postuló a la presidencia. No recabó las acciones necesarias y dio un paso al lado. Ni entrevistas, ni comunicados, ni críticas al antes y al después. Se fue a su asiento en Riazor a animar y sufrir como uno más.

Antes de pisar la Plaza de Pontevedra ya hubo abucheos, críticas feroces y ‘deportivistas de pro’ en pie de guerra. La constante crispación ya se llevó por delante a Tino Fernández y hay nuevo presidente. Pero tampoco vale, porque esto parece que va de o gana el mío, o la hoguera. Algunos dardos vienen por el apoyo accionarial de Tino, un accionista más desde su dimisión. ¿Acaso se abstuvo el exconsejero Vidal? En la caníbal política hasta existe un plazo de cortesía de cien días. Esto es un club de fútbol en el que, en teoría, todos son de lo mismo: el Depor. Una temporada, un proyecto, me parece lo mínimo para juzgar a Zas. También es posible que yo sea demasiado cortés.