Valverde ignora a Parejo

El Valencia soñó la Copa más que el Barcelona y alcanzó la gloria ante un rival que sigue estancado en Anfield. Estaba obsesionado Valverde con el peligro a la contra de los de Marcelino, pero su equipo se olvidó de Parejo en los primeros pases. Sobre su capitán giró el fútbol valencianista. Los interiores del Barcelona (Rakitic y Arthur) nunca le neutralizaron. Parejo oxigenó la salida con su criterio y habilitó las transiciones de su equipo. El espacio entre líneas y los desacuerdos entre los laterales con Sergi Roberto y Coutinho condenaron a un Barcelona pobrísimo también en el plano ofensivo. Sin Luis Suárez, con Messi como falso nueve recibiendo siempre de espaldas, nunca ocupó el área y su juego careció de profundidad y chispa individual, indisposición cada vez más reconocible. El Valencia le esperó junto y perfectamente alineado, con un posicionamiento muy bajo: 33,8 metros de distancia media a su portería.

Hasta que Valverde no agitó el once, ya en el descanso, con el carácter de Vidal y el uno contra uno de Malcom no incomodó al Valencia. El brasileño desafío a Gayá, poco ayudado de inicio por Guedes, y Messi empezó a encontrarse en la zona de mediapunta. También favoreció la presencia final de Piqué como delantero, aunque esa decisión de Valverde llegó demasiado tarde. La mejoría del Barcelona no le fue suficiente, empapado aún de la resaca de Liverpool. Un gigante Coquelin, con ocho recuperaciones, fue el cinturón de seguridad de un Valencia merecedor absoluto del título. Estuvo mucho tiempo en el alambre, pero nadie movió a Marcelino del banquillo. Como a Parejo de arquitecto en el campo.

Movimiento y recepción

Parejo se abre a la banda derecha y da una salida a Jaume. El capitán valencianista controla y atrae a Arthur a una presión nada agresiva. Su pausa resultó clave en el nacimiento del 0-2.