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Miki y Eurovisión, una verbena con la marioneta Paco y Madonna

Esto es una historia de lo que podía haber sido y no fue. Imaginen que Famous hubiera viajado a Israel o que Madonna no estuviera a punto de cumplir 61 años. Por cierto, qué bajón. Lo digo porque por estas fechas siempre me pillo diciéndome: "Este año, sí". Vivo soñando, no tengo remedio. Luego recuerdo que Famous no está. Veo actuar a Australia antes que España. Flota, fluye, baila en el aire sin miedo a caerse y necesito que alguien me diga qué está pasando. Me viene el bajón. Llega la fiesta de Miki. El colofón final. Lo ha dado todo. Nos lo hemos pasado bien pero 60 puntos. Su actuación ha sido de alto voltaje. Irradia positivismo y buen rollo. Es un chico entregado, trabajador (para lucir esos abdominales y bíceps, claro que debe serlo) y honesto. Ha cantado y quedó la alegría. Pero yo había tomado precauciones. A mis compañeros de sofá no sabía cómo pedirles que me ataran la venda para no verlo (se me aparecía Parchís todo el rato) pero, oye, ha sonado bien. Correcto. Miki será el líder perfecto de una banda que nos hará bailar y saltar.

Antes había visto a Rusia y no he podido no acordarme de Ruth Lorenzo. ¡Esto sí que era lluvia! Luego por un momento pensé que Famous se había colado y era sueco. Y me he deleitado de cómo ha vencido Holanda con su piano y he recordado lo bien que lo toca Amaia. ¡Muerdéme!, he gritado viendo alucinado a Islandia. Durante las votaciones me he consolado con los memes. Mi preferido: el de VIP Noche (seguro que a Emilio Aragón también le habrá gustado). Aunque los de Madonna los ha mejorado. La 22° posición, me dice que no hemos ido a cumplir el expediente. Ese era el camino. España es fiesta y Miki lo ha recordado. Me han dado ganas de recorrerme todas las verbenas este verano con mi 'amigo Paco', esa marioneta gigante que tan bien ha bailado.

Luego recuerdo que ya son cincuenta los años que nos vamos de vacío del Festival. Hemos probado de todo aunque quizá nos falta probar a hacerlo bien. En 1969, Salomé ya hizo bailar y llevó la fiesta a Eurovisión. No nos hizo llorar y sí cantar. Ahora ya sólo queda la alegría y esperar a Ámsterdam 2020 pero yo me pregunto: ¿Aún puedo soñar con ver a España ganar? Si Herreros no hubiera metido ese triple; si Tamudo no hubiera marcado ese gol; si Carlos hubiera arrancado ese maldito coche o si Iniesta, bueno simplemente que Iniesta, no fuera español. La historia hubiera sido otra. Yo de momento vivo soñando... vivo cantando Eh!