Luis Enrique, Ramos, Rodri, Asensio... España está en el torneo de la galleta

España ha dilapidado la herencia de Luis y Del Bosque en apenas una década. Una pena que la Selección haya pasado de ser campeona del Mundo y doble campeona continental a caer eliminada a las primeras de cambio en los dos últimos Mundiales y en la última Eurocopa. Para la próxima, después del esperpento vivido ayer en Las Rozas, sinceramente no espero nada mucho mejor. Voy a ir de mayor a menor, pero por edad, no por grado de la befa.

Para empezar, Sergio Ramos. Es el capitán de España y el faro de la Selección. Pero su jerarquía no basta para justificar su convocatoria. No es culpa suya que le llamen cuando lleva lesionado desde el 12 de abril y acumula siete partidos sin jugar con el Real Madrid. No es culpa suya que le llamen sin haberse entrenado con su equipo en el último mes por unas molestias en el sóleo. Lo justificó como pudo Robert Moreno, que dijo sin ningún encogimiento que Sergio se había entrenado en el gimnasio según habían comprobado en vídeo. Ya saben los que quieran ser internacionales, o los lesionados que no estén convocados, que pueden engañar al hambre subiendo dos planos en' Instagram' . No es serio, por muy Sergio Ramos que se sea, que un futbolista sea convocado para dos partidos de clasificación para la Eurocopa cuando lleva un mes sin jugar ni entrenar con su equipo y aún va a pasar casi otro mes hasta el primero de esos encuentros.

Ahora vamos con los 'chavales': Rodri y Asensio. No van a estar en el Europeo Sub-21. Han declinado, o les han hecho declinar, la invitación del seleccionador, Luis de la Fuente. El asunto no tiene un pase. Pero menos lo tiene aún que Asensio aparezca luego en la lista de la Absoluta y que a Rodri se le tenga por el recambio futuro de Busquets. Si por mi fuera, ninguno volvería a jugar con la Selección en ninguna de sus categorías. Es lo que hubiera pasado sin en vez de ser españoles fueran brasileños, argentinos o alemanes. Pero aquí tragamos con todo. Baste decir, por ejemplo, que la Selección de Luis Enrique juega con un sistema que no sigue la Sub-21, que a su vez en distinto al de la Sub-19... y así todo.

En fin, y por último Luis Enrique. Todos sentimos mucho lo que está padeciendo. Somos solidarios con su dolor. Pero desde que le sobrevino el problema familiar hasta la última lista han pasado más de dos meses. Ahora no va a estar en los entrenamientos ni en los partidos de clasificacíón de junio. Sinceramente, para clasificarnos en un grupo en el que estamos con Malta e Islas Feroe pues tampoco hace mucha falta. Si me pusieran a mi o cualquiera de ustedes, muy mal se nos tendría que dar para fracasar en el intento. Así que vamos a confiar en Robert Moreno. Llegados a este punto, mira por dónde, me alegro de que esté Sergio Ramos. Aunque esté lesionado, con una España desnortada y huérfana de compromiso, el camero puede venir bien. Él puede ayudar a organizar los entrenamientos, elegir al lanzador de los penaltis y echar una mano con la alineación si le piden opinión. Y sinceramente, visto el panorama y el vacío de poder, esta vez hasta me parecería bien. Luis Rubiales, que ya lleva casi un año en el cargo, tiene que estar dándose perfecta cuenta de todo, porque ha vivido en un vestuario. Porque sabe que cosas como estas son las que producen sarpullidos en la caseta. Espero su reacción, o le convertiré en cómplice del fiasco, el chasco y el malogro.