Marcelo, sí; Bale, no; Isco y Asensio, quizá
El Madrid cerró la temporada con una nueva derrota fuera del Bernabéu, esta vez frente a la Real Sociedad, que le ha ganado los dos partidos en la Liga, el primero con bastante fortuna y el segundo con una superioridad absoluta. El resultado tiene un cierto valor estadístico: el Madrid no ha ganado fuera de casa tras el regreso de Zidane, un dato que dice más de las carencias estructurales del equipo que del próximo futuro. En cualquier caso, los problemas del Madrid han excedido a los tres entrenadores. El equipo ha mantenido la misma decepcionante tendencia con Lopetegui, Solari y Zidane.
Zidane se enfrenta a un problema superior al previsto cuando fue reclamado por Florentino Pérez para suceder a Santiago Solari. Tras la eliminación de la Copa de Europa a manos del insurgente Ajax, el pronóstico era grave pero no indicaba el alto nivel de problemas al que se enfrentará el técnico. Si su breve recorrido le podía servir para detectar las dificultades, Zidane no habrá disfrutado del trayecto. Además de discretísimos resultados, el equipo ha animado a la preocupación.
Ninguno de los jugadores sujetos a revisión ha mejorado su rendimiento, excepto el joven Brahim, que llegó de tapadillo en enero, apenas jugó con Solari y ahora ofrece señales optimistas. Marcó un gol de bandera en Anoeta, de los que no corresponden a un jugador cualquiera. Brahim añade algo de esperanza, pero ahora se abre un debate: ¿se queda en el Madrid para jugar poco o se le envía como cedido a un equipo donde disponga de todos los minutos que necesita para progresar?
Otro juvenil, Vinicius, salió bien parado en Anoeta de un partido que desacreditó de nuevo a varios jugadores. Vinicius ha pasado de misterioso (llegaba de Brasil, jugó en el Castilla y apareció casi en invierno en el primer equipo) a fundamental. Se lo ha ganado. No hay muchos jugadores con su potencia, verticalidad y recursos técnicos. Con el gol tiene una difícil relación, pero todavía está en el comienzo de lo que promete una larga carrera.
Pruebas. Zidane ha utilizado el tiempo para medir a Marcelo, Bale, Isco y Asensio. Ninguno ha mejorado las mediocres prestaciones que precedieron a la llegada del técnico francés. No será por falta de confianza. Zidane sigue entusiasmado con Marcelo, pero el lateral brasileño no termina de arrancar. Volvió a sufrir en Anoeta, donde se vio involucrado en el segundo tanto de la Real. Zaldúa cabeceó sobre él, sin oposición alguna.
Marcelo seguirá en el Real Madrid, sin perder la condición de titular, pero necesita recordar algo de su mejor nivel. De lo contrario reanudará su condición de jugador discutido. Los rumores apuntan al fichaje del lateral Mendy, procedente del Olympique de Lyon. Significará la salida de Reguilón, cuya más que honorable temporada terminó con la llegada de Zidane al banco.
El técnico tendrá que acometer el caso Bale, cada vez más complejo. No le quiere en el equipo, pero el agente del jugador dice que Bale quiere seguir. Costó 101 millones de euros y gana 14 por temporada. Desde el punto de vista económico, el arreglo es complicado. El club desea sacar el mejor partido posible a una inversión colosal, pero el galés no ha sido convocado en los dos últimos partidos, mensaje atronador que llega a todas las cancillerías del fútbol europeo. Jugador no convocado, jugador devaluado.
Isco y Asensio han recibido oportunidades que no han sabido aprovechar. Siempre fueron favoritos de Zidane. Sin embargo, la realidad se impone. Su rendimiento en estos dos últimos meses ha sido bajo, hasta el punto de comprometer la continuidad de uno, probablemente Isco, o de los dos.