Alonso necesita el título del WEC

Alonso gana la prueba del WEC en Spa-Francorchamps con la épica de unas condiciones tremendas... y con la ayuda del problema mecánico del otro Toyota. Suma así unos puntos muy valiosos y se acerca a su objetivo de conquistar el que sería su cuarto título mundial, tras el primero de kárting y, muy especialmente, los dos de Fórmula 1. Conseguirlo dependerá de los resultados de las 24 Horas de Le Mans, siempre una carrera tan complicada como incierta, con multitud de incógnitas y nunca con garantías, por mucho que se milite en la marca hegemónica de la especialidad. Así que no toca cantar victoria aún, menos incluso el asturiano que sabe bien lo que es ver esfumarse un sueño cuando menos se espera, su palmarés en F1 sería más abultado en otras condiciones.

Creo que es importante que Fernando se corone en este Mundial de resistencia, más cuando ya ha anunciado que no continuará en la especialidad y, por tanto, no tendrá nuevas oportunidades en el corto plazo para volver a intentarlo. Afrontó este proyecto con la doble intención de imponerse en la legendaria cita de Le Mans y también de ser campeón del mundo. La primera parte del compromiso ya está cumplida y le queda la segunda, que tampoco es ninguna minucia. Un título en esta categoría disfruta de un valor indiscutible para cualquier piloto y Alonso, después de su temporada, debería lucirlo ya en 2019. Demasiado injusta ha sido la fortuna con su destino en anteriores ocasiones para que ahora, de nuevo, se esfume el propósito que se marcó.