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Karajan se lleva la batuta al estrado del banquillo

Después de más de 1.000 partidos (984 oficiales si sumas los 767 con el Barça, 84 con Al-Saad y los 133 con la Selección española) en la más alta competición, Xavi Hernández cambia de lugar en la dirección del equipo y se sube al estrado. Su capacidad y visión le facilitará su labor para trasmitir a los jugadores su idea de juego y conseguir que nadie desafine. Comienza esta era con su equipo de Qatar, en un símil con Luis Aragonés, tendrá a sus órdenes hasta los que hace un rato eran sus compañeros.

Todos los que le seguimos y hemos tenido la suerte de trabajar con él, estamos deseando verle con la batuta y triunfar en esta nueva forma de dirección del equipo. Aunque no es fácil que un entrenador tenga en su equipo a un jugador como Xavi, que llega a tener más de un 90 por ciento de precisión y efectividad en sus pases y ser un referente, tanto para el inicio del juego como para buscar los espacios y soluciones en la fase ofensiva.

No tengo duda de que todos aquellos que estén en su orquesta mejorarán con sus correcciones y elevarán su rendimiento. La sencillez y la inteligencia en su forma de ver e interpretar el fútbol le facilitarán la tarera a la hora de explicar su idea de fútbol a sus pupilos.

Retumba todavía en mis oídos, cuando estaba a su lado en el banquillo, la voz de Armando Ufarte cada vez que Xavi realizaba una de sus extraordinarias acciones técnicas y conseguía con un giro de su cuerpo, en esa acción suya tan característica en la que se iba hacía un lado o hacía el otro con la misma habilidad, liberarse de la presión del contrario con el balón cosido al pie para seguir construyendo el ataque. O cuando filtraba un pase entre líneas, siempre escuchaba a Armando Ufarte que decía: "¡Es un fenómeno! ¡Qué espectáculo!".

Hablo de orquesta y de batuta porque le empecé a llamar Karajan por cómo dirigía a la Selección. En la Eurocopa de Austria y Suiza me preguntó por qué le llamaba así. Le expliqué que era por Herbert von Karajan, el mejor director de orquesta del mundo. "No se me va olvidar nunca, Profe", me dijo. Y ahora cuando hablamos me recuerda lo de Karajan.

Haber sido un superclase como futbolista no te garantiza que vayas a ser un gran entrenador, pero lo normal es que un futbolista de la talla de Xavi haga carrera en los banquillos como hizo Di Stéfano, que también fue campeón como técnico en el Valencia, en Boca Juniors y en River Plate.

¡Mucha suerte Karajan!