Pochettino se equivocó
Es fácil decirlo a posteriori y desde el salón de casa pero visto lo visto, Pochettino se equivocó en el planteamiento del partido. El argentino es un magnífico estratega pero el 3-5-2 con el que salió su equipo de inicio fue absorbido por el Ajax en los primeros 30 minutos de encuentro. El conjunto de Ten Hag, con su inamovible 4-2-3-1, dominó todas las áreas del campo en esa primera media hora de juego, en la que además de encontrar el gol, no recibió ninguna ocasión, ganó todos los choques y se llevó todos los balones divididos.
La lesión de Vertonghen lo cambió todo. Pochettino se dio cuenta de que su equipo necesitaba reaccionar y apoderarse del medio del campo. A falta de jugadores técnicos que pudieran disputar de tú a tú la pelota a los De Jong, Van de Beek, Neres y compañía, la solución fue clara: meter músculo. En sustitución del defensa belga sacó a Moussa Sissoko. Y se notó. Desde la entrada del medio francés, el Tottenham igualó fuerzas. El nuevo 4- 4-2 fue poco a poco encerrando al Ajax en su campo. Nunca llegó a controlar el juego del todo, pero al menos mantuvo a los holandeses a raya a base de practicar un juego muy directo. Obviamente, se desprotegió atrás, pero era un riesgo que con 0-1 había que correr.
Claro está, es difícil revertir una situación complicada en una semifinal de Champions sin tus dos mejores atacantes. Lucas Moura y Llorente no jugaron mal, pero no son Kane y Son. A la mejora del Tottenham en la segunda parte le faltó garra, pero poco podía hacer el técnico argentino, que miraba a su banquillo y no encontraba soluciones ofensivas mejores que las que tenía en el campo. Sea como fuere, Pochettino tiene una segunda oportunidad. Doble o nada en Ámsterdam. Allí llegará con Son y con la lección aprendida.