La pesadilla continúa
Insoportable. Y eso que está Zidane, el mago de las tres Champions consecutivas en el banquillo. La realidad nos muestra a un Madrid que se bate en retirada, sin alma, cabizbajo, con el orgullo desterrado en el pozo de su mediocridad, sin hambre competitiva, sin rabia... En 180 minutos no ha sido capaz el equipo de cantar un solo gol esta semana: ni en Getafe ni en Vallecas. Tampoco logró ganar en Butarque. Hemos hecho feliz al Sur de Madrid, eso sí. Imagino que si hoy jugásemos en El Soto de Móstoles de mi amigo Salva Ballesta o en el Fuenlabrada de mi colega Álvaro de la Rosa lo mismo también palmábamos. No ganamos a nadie, estamos a 18 puntos del Barça campeón y sumamos, que se dice rápido, diez derrotas. Un balance sonrojante e indigno del mejor club de la historia del fútbol. Muchos jugadores se están dejando llevar y con esta camiseta ese pecado es imperdonable. Por supuesto, hay excepciones. Carvajal peleó todos los balones y discutió hasta con su sombra. Y Brahim, que esta vez tuvo sólo media hora para lucirse, nos deleitó de nuevo con sus regates, su ambición y su hambruna para dejar claro a Zidane que el malagueño sí se merece subir en el vagón del proyecto 2019-20. Más chavales como Brahim y menos gente de vuelta como Bale o Kroos, que ya no están y se nota...
El Rayito. En este campo escribí en 1985 mi primera crónica periodística (ganó el Rayo 2-1 al Hércules, en partido de Segunda División) y desde entonces le he tenido cariño. Un club especial en un barrio popular y muy arraigado a su equipo de la franja roja. El Rayo ganó los tres puntos y todo Vallecas gritó el “¡Sí, se puede!”. La fe mueve montañas. La tropa de Paco Jémez no se rinde.
Zizou, preocupado. Al marsellés hay que reconocerle el sacrificio que hizo (Florentino le debe gratitud eterna) al aceptar llegar ahora al banquillo sabiendo que el equipo estaba en caída libre. Lo que no imaginaba es que muchos de sus hombres iban a estar derrotados, sin ganas de seducirle para convencer al nuevo jefe de que les meta en el furgón de la próxima temporada. Yo entiendo su frustración. ¿Cómo puede ser que un jugador de fútbol no se entusiasme como un niño vistiendo la camiseta del Real Madrid? Si el mensaje de Zizou no cala en el vestuario hay motivos sobrados para estar alarmados...
Bien, Vallecas. Su aplauso a Modric cuando el croata fue sustituido fue de lo mejor en una velada para el olvido. La afición rayista demostró que el fútbol tiene memoria y Modric, esté mejor o peor, siempre dignifica este bendito deporte. Luka lo está pasando mal. Ver así al Madrid le mortifica. Me consta.
Futuro incierto. Quedan tres capítulos de la pesadilla (Villarreal, Real Sociedad y Betis) y nadie sabe si esto todavía puede acabar peor. Me trasladan su desánimo y bajonazo anímico Jorge Campillo, gran madridista y que al menos disfrutó este fin de semana al ganar en Rabat su primer torneo del European Tour de golf, así como Chuchi Castillo, de la Peña Nueva Ciudad de Torrelavega, Eduardo del Río (Tomares, Sevilla), Juan León, el profesor de Historia que preside la Peña ‘La Najarra’ de Almuñécar, y las peñas 'La Magia del 7' de Nava de la Asunción (ayer celebraron el ascenso de su equipo de balonmano a la Liga ASOBAL), Sierra de Yeguas (Málaga), Cuellarana (Segovia), Punta Umbría (Huelva), Richote (Vigo) y La Solana (Ciudad Real). No hay que rendirse, amigos. Somos el Madrid. Volverá.