El último episodio de la guerrilla entre Tebas y Rubiales ha sido la convocatoria del primero a la Segunda B y Tercera, que son de ámbito federativo, replicada por Rubiales de inmediato convocando la misma reunión, el mismo día y a la misma hora. Continuamente ponen a la gente en un compromiso y discuten, por vía interpuesta de twitter, prensa, foros de debate o convocatorias de este estilo al sector, de todo. De los lunes, del ‘naming’ de la competición, del fútbol femenino, del partido en Miami, de la Supercopa,de la Copa, de los derechos de televisión, de quién produce el VAR, de la competición europea de clubes, de los sindicatos...

Es insufrible. Me gustaría que se vieran como les vemos el resto. Se ponen en evidencia y perjudican a tanta gente que trabaja en el fútbol con sencillez para sacar adelante su parcela pero se encuentra hostigada o impedida por alguna de las partes. Los dos son buenos en lo suyo. Tebas ha producido un antes y un después en el fútbol, Rubiales mejoró visiblemente la AFE y le ha dado un nuevo aire a la Federación en pocos meses. Pero los dos suspenden clamorosamente la asignatura de la convivencia con el organismo recíproco. Son, me decía alguien, como un mal divorcio, donde se discute todo, el gato, el tocadiscos que ya no funciona, todo...

Tebas ha hecho mucho, muchísimo, a base de ocupar unas funciones que Villar abandonó. Rubiales las quiere recuperar, o eventualmente valorarlas de otra manera. Es totalmente lógico. Pero Tebas ha perdido todo respeto institucional a la Federación, y Rubiales llegó desde la AFE con el agravio del Decreto Ley, en el que no fue consultado. Hay dinero para hacer funcionar bien todo, no puede ser tan difícil llegar técnicamente al acuerdo para un nuevo convenio sin amargarle la vida a María José Rienda. Hablando se entiende la gente. Pero esa no es la prioridad de ninguno de los dos. La prioridad es mear más largo que el otro.