El Deportivo no dimite
Después de nueve partidos sin ganar, después de tres derrotas consecutivas, después de la destitución de un entrenador y la dimisión de un presidente, el Deportivo vuelve a ganar. Los coruñeses han puesto punto y final en Los Pajaritos a dos meses negros que parecían no tener fin. Los de Martí suman tres puntos que le devuelven a la vida. Que le recuerdan que el playoff está a la vuelta de la esquina pese al lamentable espectáculo que comenzó como una fina lluvia y que terminó en huracán. El triunfo es un bálsamo que debería aprovecharlo porque aunque no lo parezca, todavía depende de sí mismo para meterse en la promoción de ascenso. Todo en un partido de dos caras. De velocidad, control y pegada primero. De sufrimiento extremo y compromiso tras la expulsión de Somma. Y es que los herculinos no sólo regresaron al pasado al volver a ganar, también al sufrir una nueva expulsión de esas ridículas que sólo le pasan al Depor. Ya van nueve; liderato claro en solitario.
La victoria, como suele ocurrir casi siempre, deja más rastros positivos colaterales. El primero, que Martí ya sabe lo que es ganar, aunque haya sido a la tercera y sudando frío. Este triunfo debe servirle para consolidar su 4-4-2 y las ganas de apretar arriba. También para apuntalar un once muy ofensivo que debe tener continuidad porque ya sólo vale ganar, ganar y volver a ganar. La pareja Bergantiños-Expósito da trabajo y talento, y eso es mucho. El equipo volvió a marcar de estrategia más de veinte partidos después. Ha regresado Carlos, Borja Valle se ha cargado de confianza y Quique siempre va a estar ahí. Eso sí, se necesita acertar con los laterales ya porque el nivel de Bóveda, y especialmente el de Caballo, está muy lejos del aprobado.