Felipe Reyes siempre sale en la fotografía de este Real Madrid
Felipe Reyes jugó poco más de cuatro minutos en toda la serie ante el Panathinaikos y en esta Euroliga ha bajado a una media de menos de nueve por partido. En los que, por cierto, su productividad por tiempo en pista ha seguido siendo brillante, el factor clave (o más bien uno de ellos) para la longevidad de uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto español, escudero ayer en pista y mañana en los libros de historia de Pau Gasol y Juan Carlos Navarro en la era dorada de la Selección española. En el año, decía, en el que su protagonismo en pista ha dado notable (y lógico) paso atrás, la importancia de Felipe Reyes como parte integral y fundacional del Real Madrid de Pablo Laso permanece intacta. Tanto que a veces hay que mirar dos veces para comprobar que o no ha jugado o lo ha hecho poco. Porque en la fotografía mental que uno se hace de su equipo, aparece siempre.
Felipe, que acumula récords y acaba de sellar una renovación que estaba pactada desde hacía meses, lo ha vivido prácticamente todo con la camiseta del Real Madrid, aunque llegó procedente del Estudiantes. Y, tal vez por eso, representa mejor que nadie la cohesión del actual proyecto y los valores que reunió una apuesta por un núcleo estable y con mucha presencia de jugadores españoles que han conducido al equipo, con Laso como inevitable piloto, a una permanente transición dulce que este año está digiriendo la pérdida de Luka Doncic. Nada menos.
Pero, como sucede con todos los veteranos con currículum glorioso, conviene repasar sus títulos y sus mensajes, pero también viene bien echar la vista atrás y recordar. Ponerse vídeos en Youtube, partidos completos, mirar estadísticas. Felipe, todavía un jugador útil en plena élite camino de los 40 años que cumplirá en las canchas, ha sido uno de los mejores ala-pívots de la historia del baloncesto FIBA, una extraordinaria roca con la que ir a cualquier batalla, el héroe a pie de página de grandes victorias en las que quizás los titulares principales los acaparaban otros. Así que de todos esos años sembrando excelencia a la actual cosecha de récords y reconocimientos. El primer paso en un largo adiós que será con rango de leyenda y que, por suerte para su entrenador y sus compañeros de vestuarios, se sigue retrasando...